Su última adquisición, Cap. 9 - Relatos Eróticos

Su última adquisición, Cap. 9

... el botón del traje mientras la secretaria del abogado entraba en la oficina, cerraba la puerta y se quedaba de pie como una fiel sirvienta detrás de la esclava temblorosa. Con el botón finalmente desabrochado, los ojos deem recorrieron la habitación en busca de señales de emoción o aprobación, aunque solo recibió miradas de autoridad vacías y evasivas. Abriendo la chaqueta, se la quitó, revelando su sensual y provocativa blusa, mientras se preguntaba por qué la habían obligado a vestirse así, solo para "entregar" su ropa.

em dudó un segundo, pensando que el abogado podría detenerla o que Justin podría ofrecerle ayuda. Pero ninguno de los dos alteró su expresión: bocas fijas y miradas inflexibles. La habitación estaba caliente, tan caliente como todos ellos, con pasiones latiendo bajo la inmovilidad, y actitudes sin compromiso que ardían de lujuria. No delataban lujuria en sus miradas, pero la habían convertido en el centro de atención. Estaba en el escenario para actuar y seguiría haciéndolo hasta que obedeciera la orden del abogado. La hermosa y sensual blusa blanca fue la siguiente en desaparecer, y la eficiente señorita Janson estaba allí, con sus manos de uñas rojas y de perfecta manicura, para recogerla. Mientrasem se desnudaba los pechos, todas las miradas observaban los dos prominentes orbes que se contoneaban orgullosamente. Los pezones, siempre perfectos indicadores del estado natural de excitación, comenzaron a encogerse hasta convertirse en picos, ...

... tornándose morados a medida que la sangre se acumulaba en el centro. Serían sensibles a cualquier roce, incluso al movimiento del aire en la habitación.

La señorita Janson tenía la chaqueta y ahora la blusa, mientrasem seguía entregándole a la mujer la falda azul pálido, quedándose sin nada que le cubriera las partes íntimas. Los pechos, el impecable trasero cremoso e incluso el depilado montículo sexual con sus carnosos labios debajo, estaban a la vista.

Había estado desnuda ante desconocidos antes, se había desnudado en lugares desconocidos con escenarios inciertos ante ella. Pero sabía que esas ocasiones tenían sus inicios y finales inevitables que la traerían de vuelta con Justin. Esta vez no tenía esa seguridad. El final de esta inusual puesta en escena estaba oculto incluso para su intuición. Qué le sucedería cuando finalmente dejara esa oficina era un misterio tan envuelto en secretos como la muerte. ¿La vendería? ¿La conservaría? ¿La intercambiaría con otro amo? En principio, comprendía estas opciones. Pero ante lo desconocido, la aterrorizaban esas posibilidades tanto como la excitaban.

Conteniendo las lágrimas de dolor por algo irrevocablemente perdido, miró a Dylan Kincaid pidiendo más orientación. Sus manos simplemente no se movían. ¿Debería entregar también las medias y el liguero? ¿Y sus nuevos zapatos de tacón? ¿Se quedaría descalza y desnuda? Parecía que sí. Los ojos del hombre permanecieron inmóviles, y con un gesto de la cabeza, le dio toda la orden que ...