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Pelirroja... peligrosa (4ª parte)
Fecha: 10/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos
... explicación, y me cuenta un rollo patatero que apenas escucho, porque en realidad estoy mirando con deseo el cuerpo desnudo de Nuri, que no se mueve. Al final termino diciendo que sí a una cena esta noche, y me despido después de aguantar unos minutos su cháchara. Cuando cuelgo el teléfono me miro la polla, y la veo medio caída, con el condón colgando como una tripa de cerdo, flojo y arrugado, goteando flujos casi. Me sacudo la polla unas cuantas veces para que se levante y me acerco a Nuri… que está dormida. Otros, en mi lugar, hubieran optado por llevarla a la cama y dejarlo correr… al fin y al cabo, son cosas que pasan. Pero es que yo llevaba hambre atrasada, lo juro, la racha que estaba pasando era cosa de no perder, porque ya hacía meses de mi último casquete antes de conocer a Silvia. Una buena temporada sin mojar y ahora, en unos días… Además, estaba medio borracho, excitado como un verraco y con el condón puesto, con una tía bien buena desnuda y mojada delante. Ya les dije que no entraba dentro de mis planes terminar así pero… en fin, uno no es de piedra. Traté de despertarla, pero estaba demasiado bebida. Una vez más pensé en llevarla a la cama como un buen chico, pero entonces la miré… y me puse burrísimo. No iba a perder un polvo porque esta niñata se hubiera quedado tiesa de la borrachera. La volteé sobre el sofá, y la dejé boca abajo, con las rodillas apoyadas en el suelo, un poco abiertas, y el torso en el asiento. Así se sujetaba bastante bien, y ...
... además tenía el culo en pompa. Era un culo… joder qué culo. Firme, tieso, redondo, con dos nalgas carnosas, un poco rojito junto a la raja. Era moreno, pero blanco donde se notaba la marca del bañador. Por abajo asomaban los pelitos y el bulto de su coño. Le separé los glúteos con cuidado, esas montañitas de carne tan suculenta, y miré su hoyito trasero cerrado y marrón, con algunos pelos alrededor, arrugadito y fruncido. Aunque me apetecía metérselo por el culo, tampoco era plan de despertarla porque tenía pinta de que nunca se lo habían metido por ahí y podía haber más que palabras. Dejé que se cerraran las nalgas, y le di un cachetito, escuchando el ¡paf!. Ella se quejó en sueños, pero no hizo gesto alguno. Bajé hasta su chochito abierto, rosado y apetitoso, una fruta madura, rojo como una fresa y seguro que igual de dulce. Le separé los labios y miré la abertura, húmeda, parecía un coral. No me iba a perder en florituras. Tenía ganas de enchufarle la polla, descargar y dormir. Así que sin más miramientos se la fui metiendo, sin ninguna dificultad, dentro del coño hasta el fondo. -Mmmm… -volvió a gemir, pero sin moverse, la muy guarrilla. La agarré del pelo y empecé a bombear, zas, zas, zas, a todo lo que daba. Golpeaba su culo con mi cintura, haciéndolo sonar y disfrutando la hostia. Notaba una sensación riquísima en la polla, dentro de ese coñito, y empecé a hablar en voz baja. -Toma, guarra… toma… ¿quieres polla, zorra?… -Lo acompañaba de cachetes suaves en las ...