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Incesto y perversión (12) padre/hija hermana/hno
Fecha: 13/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos
... cuando cogen —refutó él—. ¿O acaso vos no gemís? Ah, claro, vos tenías que contener los gemidos, porque estabas cogiendo en el living. ¿Sos boluda? Cómo van a hacerlo ahí. —¿Y por qué me echás la culpa a mí y no a papi? Los dos fuimos imprudentes. —Porque a vos no hay hombre que te pueda decir que no. Ya te conozco. —Ah… ¿vos tampoco? —le preguntó Lulú. —A mí no me gustás. Sos fea —le dijo él. —¿Ah, sí? —dijo Lulú. Llevó una mano a la entrepierna de Adriel, y palpó su verga. Estaba dura. La había estado sintiendo hacía a varios minutos. —Si no se te puso así por mí, fue por los gemidos de mamá. ¿Te imaginás cómo debe estar cogiendo? Seguro en cuatro, como a ella le gusta, y papá parado en el borde de la cama, metiéndole la pija hasta el fondo. Sé que no le está haciendo el culo, porque si así fuera, gemiría más fuerte. —Cortala, estás enferma —le dijo él, pero sin apartarla. —Si me respondés si te cogiste a mami… te voy a contar un secreto sobre ella. Adriel se sintió tentado. Igual pensaba decírselo, así que, si podía sacar provecho de eso, por más que solo fuera una tontería, mejor para él. —Qué pesada —dijo—. Sí, cogimos. Ella abrió bien grande los ojos. Una cosa era sospecharlo con tanta intensidad que ya prácticamente lo daba por sentado. Otra cosa era que se lo dijera así, en la cara, mientras ella aún apretaba su verga dura. Lulú sintió algo muy parecido a los celos, lo que la instó a contarle ese secreto que le había prometido, ...
... pero antes quiso saber más. Estuvieron un rato susurrándose, entre divertidos e incrédulos, las experiencias que habían tenido con sus padres ese día que fueron de paseo a Capital, y Adriel y Virginia regresaron antes a la casa. —Qué loquita. Siempre corriendo riesgos vos. En medio de la calle… —le dijo él, cuando ella terminó de contar su anécdota—. Te sirvió eso de aparecerle todas las noches en tanga. —Es que los hombres son muy básicos —dijo ella. —¿Y cuál ese secreto que me ibas a contar? —preguntó Adriel. Lulú arrimó los labios a la oreja de su hermano. Su sola respiración hizo que el chico se estremeciera. Sin darse cuenta, deslizó la mano hacia abajo, y sintió cómo la carne se elevaba ahí donde comenzaba su tierno culo. —El otro día… —dijo ella, con el cuerpo pegado a él. Las tetas hinchadas apretadas en su torso, a la vez que recibía las caricias de Adriel—. Vinieron a casa dos exalumnos de mami. Y… —Y, ¿qué? —preguntó, él, aunque ya sospechaba la respuesta. —Se la cogieron —soltó ella, como si nada. Él la agarró de los hombros, para apartarla un poco y poder verla a los ojos. —Y vos cómo sabés —le preguntó. Pero no necesitó que ella hablara para saber la respuesta—. Vos también te los cogiste, ¿no? —Seh, pero solo por divertirme —dijo ella. De repente se empezaron a escuchar los gemidos de Virginia, y ahora también de Mauricio, con más intensidad—. Ahora sí que se la está dando por el culo —agregó la chica, con una sonrisa. Adriel ...