1. Incesto y perversión (12) padre/hija hermana/hno


    Fecha: 13/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba procesando la información. Estaba algo celoso, sí. Pero lo que le preocupaba era que la cosa estaba llegando a límites que pronto ninguno de ellos podrían controlar.
    
    Y, sin embargo, ahí estaba, con la pija parada mientras su mano estaba palpando el orto de su hermana.
    
    De repente, Lulú hizo un movimiento inesperado. Un gesto decidido, que no dejaba lugar a dudas. Con la misma naturalidad con la que se acomodaba el pelo tras la oreja o estiraba las piernas en el sofá, llevó la mano a la entrepierna de Adriel. Esta vez, sin tanteos ni disimulo, bajó el cierre del pantalón con una lentitud calculada, como si disfrutara del sonido metálico que rompía el silencio de la tarde.
    
    Adriel se quedó mirándola, boquiabierto, sin saber si debía frenarla o dejarse llevar. Pero el brillo en los ojos de ella, esa mirada juguetona de niña traviesa, se le clavó en el pecho como una aguja caliente. Era imposible no ceder.
    
    Lulú se deslizó por el sofá, con movimientos felinos, hasta quedar acomodada justo a la altura del abdomen de él. Lo miró desde abajo. Sus ojos, tan claros que parecían de otro mundo, lo buscaron con intensidad. Y esa sonrisa... esa sonrisa de nena puta lo volvía loco.
    
    Adriel, ya totalmente rendido, extendió una mano y acarició el cabello de su hermanita con una ternura que contrastaba con lo que estaban a punto de hacer.
    
    Entonces, con la respiración agitada, ella bajó el elástico del calzoncillo, con una delicadeza que lo sorprendió. La verga apareció, ...
    ... grande, dura, llena de venas, a centímetros de la preciosa cara de la chica.
    
    Mientras ella empezaba a trabajar con su lengua, lo miraba desde abajo, observando cada cambio en su expresión, cada temblor de su cuerpo, cómo los músculos se tensionaban. Le gustaba ver la metamorfosis de su hermano, mientras ella le frotaba la lengua a lo largo de la verga.
    
    También le divertía sentir esa piel particularmente gruesa que envolvía el miembro, como la suavidad que encontraba en el glande, que estaba expuesto, como la cabeza de una tortuga que sale de su caparazón.
    
    Con una mano acariciaba los muslos de Adriel, mientras su cabeza subía y bajaba suavemente, estimulándolo, ya no solo con la lengua, sino con la otra mano, que se había cerrado sobre la base del tronco, para empezar a masturbarlo mientras lo lamía.
    
    Desde el dormitorio de sus padres le llegaban los gemidos de ellos, cada vez más escandalosos. Pero eso también la instaba a apurarse, porque cuando los otros dos salieran del dormitorio, Lulú no podría estar ahí junto a Adriel.
    
    Así que se concentró en el glande. Él veía, con deleite, cómo la pequeña lengua salía al encuentro de esa parte tan sensible. Parecía la lengua de una víbora, moviéndose a toda velocidad, haciendo que su verga se sintiera estimulada en todo momento.
    
    A unos metros, los gemidos de su padre se habían convertido en una especie de gruñido, mientras que Virginia ya no emitía sonido alguno. Los hermanos dedujeron que ya habían acabado. O al menos ...