1. Incesto y perversión (12) padre/hija hermana/hno


    Fecha: 13/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... Mauricio lo había hecho. Eso solo les dejaba un par de minutos de soledad garantizada. Todo lo demás sería entregarse a la suerte.
    
    Pero Lulú no se detuvo, sino que redobló esfuerzos. Estaba prendida a la pija de Adriel como si la vida dependiera de ello. Por momentos, lo raspaba con los dientes. Pero eso no le molestaba, al contrario, era otro estímulo más.
    
    Pronto sintió que ya estaba listo para descargar su semen. Llevó la manos a la cabeza de Lulú, y la empujó hacia abajo. Ella entendió su intención. Separó los labios, y se metió el falo en la boca, Instantes después, recibía el líquido tibio y pegajoso en la boca.
    
    Adriel vio cómo su hermana levantaba la vista. Tenía los labios bien cerrados, como si temiera abrirlos. Comprendió que aún no había tragado. Luego vio el movimiento en su garganta, y, finalmente, ella sonrió.
    
    —¿Ves? —le dijo Lulú—. Vos también cogés en el living. ¡Y encima con tu hermana! ¿Estás loco?
    
    La última frase la hizo con una voz mucho más gruesa, imitando a su hermano.
    
    —Por lo visto, sí —dijo él, acomodándose el pantalón.
    
    A pesar de todo, no se separaron. Se quedaron acurrucados en el sofá. Unos minutos después, sus padre salieron del dormitorio.
    
    —Con este calor y están así —dijo Virginia al verlos.
    
    —Bue —dijo Lulú—. No hablemos, que ustedes están mucho más acalorados. Y nadie les dice nada.
    
    A la noche, Adriel ayudó a su mamá a preparar la cena. Ambos estaban en la cocina, mientras Lulú y Mauricio estaban en el living. ...
    ... Habían acordado colaborar entre ellos. Ayudarse a pasar el tiempo a solas con sus padres.
    
    Virginia tenía un short elastizado que le marcaba el culo de una manera que era imposible no mirarla.
    
    Adriel, de todas formas, no se conformaba con mirar. A pesar de que había eyaculado hacia un rato, con solo ver esas imponentes nalgas, empezó a excitarse de nuevo. Así que, mientras su mamá picaba las cebollas, él empezó a palparle el culo.
    
    —No seas tonto —le dijo ella, susurrando.
    
    —Y si vos te ponés así, ¿qué querés que haga?
    
    —Solo estoy un poco inclinada, cortando la cebolla. No estoy haciendo ninguna pose provocadora. No tengo la culpa de haber nacido con unas pompas tan generosas.
    
    —Y yo tampoco —replicó Adriel, pellizcándole el culo de nuevo.
    
    —¿Qué te pasa hoy? —le preguntó ella.
    
    —Nada. Si ya sabés cómo me ponés —le dijo él. Luego se acercó, y le susurró al oído—. ¿Te estaba haciendo el culo?
    
    Ella soltó una risita.
    
    —¿Qué te importa? —dijo.
    
    —No es que me importe. Solo es… morbo.
    
    —Sí —respondió ella—. Él insistió mucho. Yo no quería hacerlo, con ustedes en la quinta, porque sabía que iba a gritar mucho. Pero se puso muy insistente. Estaba recaliente. No sé qué les pasa a los hombres de esta familia hoy. Debe ser esta quinta que tiene algo. O el calor.
    
    —Ni idea —dijo él, llevando las manos a sus caderas, apoyándole la verga dura en su trasero—. Pero hoy te voy a coger.
    
    —¿Ya ves? —dijo ella, riendo—. Hoy es imposible, nene. Más imposible que ...