1. Mi jefe me convirtió en Lucero


    Fecha: 14/11/2025, Categorías: Transexuales Autor: lucetrav, Fuente: CuentoRelatos

    ... como Lucero, me agradeció que me hubiese arreglado tan bien, me insistió en lo preciosa que estaba, y finalmente nos fuimos.
    
    Al salir de la habitación me ofreció su brazo al cual me tuve que agarrar, lo cual me ayudó a andar mejor con esos tacones.
    
    En la calle creía que todo el mundo se daba cuenta de quien era yo, pero en el lujoso restaurante donde fuimos empecé a tener la sensación que no, que pasaba como mujer. A media cena, me vinieron ganas de orinar. Me levanté y de poco no me meto en el baño de hombres. Pero por suerte me di cuenta y me metí en el de damas. Cuando me lavaba las manos, entró también una mujer a retocarse el maquillaje y me morí de vergüenza.
    
    La cena continuó con normalidad y bastante vino. Al terminar, Isidoro me propuso de ir a tomar una copa en un local cerca del hotel. Tomamos un taxi y aprovecho que sentado, la falda subió por mi muslo, para poner una mano encima y acariciándome, seguir hablando como si nada.
    
    Al entrar en el local, con poca luz y la música bastante fuerte, me acompaño hasta una mesa mientras su mano bajaba de mi cintura a mi culo, y notaba como su palma acariciaba mi nalga.
    
    Tomamos una copa de licor y me ofreció un cigarrillo. Seguimos charlando animados por el alcohol y de temas variados, que consiguieron que olvidara mi particular situación.
    
    Finalmente volvimos al hotel y me pidió que le acompañara a su habitación a tomar la última copa. Le dije que estaba cansada y que prefería irme a dormir.
    
    -Venga Lucero, ...
    ... una copita más y basta.
    
    Me tomó del brazo con firmeza y me acompañó hasta su habitación. No tuve más remedio que seguir a su lado y entrar. Sirvió las copas y cuando estaba tomando el primer sorbo, se acercó a mi por detrás y, agarrándome por la cintura, se pegó a mi. Sentí perfectamente su miembro duro y erecto pegarse contra mi culo y mientras me lo hacía notar con descaro, me susurró al oído:
    
    -Ay mi Lucero, no sabes los días que he estado esperando este momento. Esta noche vas a ser solo mía, voy a hacer que te sientas como una auténtica mujer.
    
    No pude evitar que una lágrima cayera por mi mejilla, pero consciente de que no había parado aquello cuando aún podía por la avaricia del dinero que ganaba, entendí que ahora solo me quedaba dejarme llevar y asumir las consecuencias.
    
    Isidoro acariciaba mi cuerpo y me abrazaba. Me dio la vuelta, quedé contra su cuerpo y me besó con pasión. Metió la lengua dentro de la mía. Me comía la boca y me inundaba de saliva. Yo le dejaba hacer pero casi con pánico noté como mi miembro empezaba a endurecerse.
    
    Isidoro tomó mi mano y la llevó a su paquete. Acercó su boca a mi oído:
    
    -Venga mi niña, acaricia el paquete a tu papito.
    
    Yo ya había apartado mi conciencia de hombre y empecé a acariciarle, sintiendo la dureza de su verga bajo el pantalón.
    
    -Ahora deja que te desnude para poder gozar de tu cuerpo.
    
    Con poca delicadeza y mucha prisa, me despojó de mi ropa dejándome solo con la ropa interior: sostén, tanguita, medias, ...
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