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Julia, la farmacéutica (2)
Fecha: 19/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos
... decirle, don carpintero, que… solo la primera vez es gratis. -¿Cómo? -Que le puedo atender muy bien, cómo usted desee y lo que desee, y siempre que desee, pero que… no es gratis. -Pero… yo… usted… ayer… -A ver, me encantó mamársela y… seguro que usted se dio cuenta de que yo también tuve un orgasmo –sensualmente se quita el sostén y toma un pecho con cada mano, como si me los ofreciera. -Julia ¿quiere usted decir que…? -Que usted me gusta mucho y que desde que le vi… deseé atenderle en la salita, como un cliente muy especial –acerca una mano a su sexo y pasa un dedo por su rajita húmeda– pero que… bueno… que hoy ya no sería gratis –me ofrece el dedo empapado para que lo huela y lo lame, lo que hago con gusto. -¿Y cuánto me costaría? -Por ser usted… un precio muy especial, no se preocupe. -Ya. Bueno. Esto… -Aunque el gran bulto en su bragueta parece decir lo contrario, no le veo muy decidido. Así que… –empieza a abrocharse la bata. -No, no, espere, Julia. Es solo que yo, bueno, nunca he pagado por estar con una mujer. -Le entiendo. Pero apuesto a que nunca ha estado con una mujer como yo –sigue abrochándose la bata –¡Ya vengo don Boscos! -Julia, no, espere, a ver… la deseo… quiero… ¿Cuánto debería pagarle? -Ya le dije, un precio de amiga, de más que amiga. Pero claro, depende de lo que usted desee. -Bueno, yo querría… a ver… desde la primera vez que la vi… andando por la calle… yo pensé que me encantaría poder… -Follar ...
... conmigo, ¿verdad? -Oh, no, yo… yo no quería decir eso… pero… -¿A no? ¿Usted no quisiera follarme? -Bueno… yo… pues sí, la verdad, claro que sí. -Eso le saldría muy caro. -Ya, me lo imagino. -Pero bueno, podemos hablarlo –vuelve a desabrocharse los primeros botones –o quizá, también le gustaría a usted… Se da la vuelta, se inclina, se arremanga la bata y me muestra el culo en pompa. Se mete los dedos índice de cada mano en el ano y abre el agujerito para mí. Sabe que es una visión irresistible. -Le gustaría, quizá, ¿darme porculo? -Oh, Julia, yo… -no puedo apartar la mirada y ella me mira con picardía. -Eso la saldría también muy, muy caro. Aunque debo reconocer que seguro que me encantaría tener su polla en mi culo y que eyaculara en él. -¿Sí? ¿De verdad? ¿En su culo? Julia, yo en realidad, nunca he… quiero decir que… -¿No? ¿Nunca ha enculado a una chica? ¿Es que acaso le da asco? -¡No! ¡Si es una de mis fantasías! ¡Le confieso que llevo semanas masturbándome imaginando que se la meto a usted por el culo y que me corro en sus entrañas! -¡Oh, me encantaría, don carpintero! –cierra los ojos y se muerde los labios –Bueno, oiga, llevamos demasiado tempo aquí. Debo salir a despachar. -¡Espere, Julia! -No puede ser. Mire, usted se lo piensa y… ya sabe dónde encontrarme. -No salga todavía. ¡Por favor! -Mire, quizá usted solo desearía… pues como hoy, hablar un rato y que yo le enseñe las tetas o el chichi o el culo. Puedo hacerle ...