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Viaje con mis cuñadas (V)
Fecha: 21/11/2025, Categorías: Incesto Autor: VickySG, Fuente: TodoRelatos
... con la policía y no me quedó más remedio que contar la verdad. Me llevaron hasta esa casa de nuevo, pero no había ni rastro de ellas. Recuperé mis cosas, pero antes de salir vi algo que me dejó helado. En el salón, junto a la silla a la que había estado atado, había una mancha de sangre enorme. A pesar de todo, no quise poner ninguna denuncia. Lo que hubiera ocurrido allí ya no era asunto mío, sino de la policía. Aunque era la que tenía el cuchillo, me preocupaba mucho que esa sangre fuese de Cleo, pero ya no podía hacer nada por ella. Debía alejarme de allí lo antes posible, volver a la capital sin ni siquiera recuperar todo lo que había dejado en el norte. Las primeras semanas fueron muy complicadas. Busqué la forma de ponerme en contacto con Cleo de forma discreta, aunque no hubo manera. Los remordimientos y las pesadillas me atormentaban, pero conseguí salir adelante, recuperar la que había sido mi antigua y anodina vida. Epílogo A veces diez años no son suficientes para sanar una herida, sobre todo si es emocional. Una vez que el trauma estuvo superado, mi mente volvió a volar involuntariamente a ese tiempo tan feliz cuando era pequeño. En mis pensamientos, las hermanas volvían ...
... a ser esas niñas a las que tenía idealizadas. Puede que fuese una forma de proteger mis buenos recuerdos, o simplemente estaba tan mal como ellas habían demostrado estar. Solo así se podía explicar que volviera a llenar una mochila con mis cosas, comprara un billete de tren y me dirigiera de nuevo al norte. No sabría explicar exactamente qué esperaba encontrar, pero me dirigí a la cafetería que había enfrente del edificio en el que viví de niño y años después con Celina. No sabía si me daba más miedo encontrarme con cualquiera de ellas o no hacerlo. Necesitaba respuestas, pero sobre todo volver a sentir una mínima parte de la emoción que durante años me mantuvo ilusionado. Esperé durante mucho rato mirando por la ventana hasta que perdí la esperanza. Me iba a levantar para volver a mi pensión, con la idea de volver al día siguiente. Fue entonces cuando se me acercó otra camarera, que empezaba su servicio justo en ese momento. Era una chica de veintitantos años cuyos ojos claros reconocí de inmediato, aunque me costó asociarlos con la melena rubia que en ese momento llevaba. Me hizo muy feliz volver ver a Cleo, mi salvadora, incluso con la enorme cicatriz que atravesaba su cara. FIN