-
Compañeros - Capítulo 23: La mirada de Carlota
Fecha: 22/11/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: nowbly, Fuente: TodoRelatos
... facilidad me lee. —Exacto —digo con una risita—. Se llama Samir. Mayor que yo, veintiocho, un tipazo, literalmente hijo de un jeque… un personaje total. —Estoy dando rodeos porque soltar “me lo follé brutalmente” de sopetón no me sale. Pero Miguel no es tonto. —Y… te ha gustado, ¿no? —pregunta suave. Muerdo mi uña, recogiendo coraje. —Sí… —susurro—. Mucho. Fue… intenso. Al otro lado escucho su respiración hacerse más profunda un instante. —Cuéntame qué pasó —pide con voz grave. Puedo detectar un ligero temblor en su tono: nervios, celos, curiosidad… y algo de excitación, creo. Cierro los ojos y decido sincerarme, total, se lo prometí. Con voz queda, le relato los highlights: cómo Samir me besó, cómo me metió mano sin miramientos, cómo terminé subiendo a su hotel. Obvio algunos detalles demasiado explícitos —no quiero restregarle cada guarrada— pero sí menciono que me hizo correrme con los dedos y que luego “me lo tiré”. Digo tal cual: “Me folló muy duro, Miguel. Varias veces.” Al decirlo noto mi propia cara ardiendo, mitad vergüenza mitad excitación al confesarlo. Miguel ha guardado silencio atento durante mi historia, solo soltando algún “madre mía” por lo bajo. Cuando termino, hay una pausa larga. Me preocupa haber ido demasiado lejos en la narración. —¿Mi? Estás ahí… —murmuro. —Sí —responde él al fin, suspirando—. Estoy… procesando. —Deja escapar una risita breve, un poco tensa—. Vaya nochecita, Carlota. Te has puesto las botas, ¿eh? Su expresión ...
... me saca una carcajada nerviosa. —Pues sí… Perdona, suena súper fuerte todo… —digo llevándome una mano a la frente. Aún no sé del todo cómo se siente él. Su tono no es enfadado, más bien sorprendido y quizá ligeramente inseguro. —No te disculpes —replica él enseguida—. Yo te dije que disfrutaras. La verdad… —traga audiblemente—, la verdad es que estoy un poco celoso, no te mentiré. Imaginarte con otro me… revuelve. Pero a la vez… —baja la voz—, me pone. Ahí está. Cierro los ojos, aliviada de escuchar esa admisión. —¿En serio? —pregunto en un susurro—. ¿No estás enfadado conmigo? —No, amor. —Ahora su tono es dulce—. Tú me fuiste sincera y me pediste permiso. Y yo te lo di. Sería muy imbécil si ahora me enfadase. Además… —baja aún más el timbre—, reconozco que me calienta imaginarte en plan salvaje. Lo de Paolo me lo demostró. Un latido intenso me sacude entre las piernas al escuchar eso. Ay, mi Miguel… tan puro y al final tan pervertido como yo. Sonrío. —Te quiero —susurro. —Y yo a ti, Car. —Su voz suena sincera, reconfortante—. ¿Estás bien? Quiero decir… ¿lo disfrutaste de verdad? ¿Te trató bien ese tío? Aprieto la mano libre en un puñito de felicidad. Se preocupa por mí, eso es lo más importante. —Estoy perfectamente. Cansada, con el cuerpo machacadito, pero bien —ríe él con suavidad al oír eso—. Y sí, me trató… muy bien. Como a una reina. O más bien como a una… —me quedo a medias, dudando si decirlo. —¿Como a una puta? —acaba él por mí, travieso pero con ...