Relato y dialogo hotwife y cornudo sumiso - Relatos Eróticos

Relato y dialogo hotwife y cornudo sumiso

... planchabas?

Toni (gimiendo, humillado): — Sí, Ama… quiero que salgas… que me uses… que me hagas vivir tu placer desde abajo…

😈 Crueldad compartida

Lucía (cruzándose de piernas): — ¿Y si invito a alguien aquí mismo? Podríamos traer dos chicos esta noche. Y tú, Toni… podrías quedarte debajo de la cama oliendo mientras nos follan juntas. — ¿Te excitaría eso, cerdito?

Toni (con lágrimas en los ojos): — Mucho… me dolería… pero lo necesito…

Eva: — Mira lo que has hecho, Lucía. Lo tienes llorando y empalmado. — Venga, Toni. A cuatro patas. Besa nuestros pies. — Vas a suplicarnos que te dejemos ser el cornudo doméstico de las dos.

Toni obedece. Lame los pies de Eva. Luego se arrastra hasta Lucía. Le besa los dedos con miedo. Ella se ríe y lo graba con el móvil.

Lucía: — Esto se va directo a nuestro grupo privado de amigas. — ¿Te importa si lo ven? Que sepan que eres un hombre roto. Un esclavo. Un cornudo en encaje.

Toni (con voz baja): — No me importa… me excita… quiero que todas lo sepan…

🔥 Declaración final

Eva (de pie, dominante, con la copa en alto): — Escucha bien, Toni. Desde hoy, Lucía y yo somos libres. Libres de follar, de elegir, de jugar. — Tú eres el perro. El que lame. El que calla. El que obedece.

Lucía (riendo): — ¿Y si te ponemos a limpiar con nuestro coño goteando mientras miramos el móvil? ¿Y si traemos a tres machos y tú eres la alfombra bajo la cama?

Eva (mirándolo con fuego): — Suplica, Toni. Suplica que lo hagamos. Suplica ...

... que te exhiba. Suplica ser mi cornudo oficial… para siempre.

Toni (a cuatro patas, desesperado): — Por favor, Ama… por favor Lucía… hacedme vuestro cornudo… usadme… humilladme… hacedme vuestra nada…

Eva (aplaudiendo con burla): — Qué buena mascota tengo. Esto apenas comienza. Mañana… te tatuaremos algo especial. Para que el mundo sepa lo que eres.

🔥 Escena: Después de la fiesta y sexo– Toni sirve como trapo y juguete 🔥

Lugar: Madrugada. Casa de Eva. Puerta que se abre con risas ahogadas y tacones tambaleantes. Eva y Lucía entran al salón aún riendo, jadeando, oliendo a alcohol, perfume barato y sexo. Su ropa está desordenada, los labios hinchados de tanto besar… y las piernas aún húmedas.

Toni los esperaba de rodillas en la entrada, desnudo, conbragas puestas y collar de cuero. Su cuerpo tiembla de nervios, excitación y sumisión.

Eva (cerrando la puerta, descalza, el maquillaje corrido, una mancha de semen en la comisura del labio): — Mmm… ahí está nuestro trapo… justo donde lo dejé. ¿Has estado esperando como un buen cornudo?

Toni (jadeando): — Sí, Ama… he estado aquí de rodillas desde que os fuisteis… por favor… contadme… decidme lo que habéis hecho… necesito saberlo…

Lucía (tirando su bolso al sofá, soltando una carcajada): — Qué puto enfermito eres… nos rogaste que saliéramos a buscar pollas… y lo hicimos. Tres cada una. — ¿Te imaginas mi garganta, perrito? Aún siento la última corrida bajando. Mira mi cara…mírame.

Toni la observa embobado. El ...