1. Los apuntes


    Fecha: 24/11/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Esquiva, Fuente: CuentoRelatos

    ... estará dormida. Me escaparé y no volveré a verla por unos días. No estudiaré con ella. Siento que me falta el aire. La luz ha vuelto y el aire acondicionado empieza a funcionar de nuevo.
    
    —No te vayas. Ya estoy sobria.
    
    —Pero… es tarde… yo…
    
    —¿Tienes miedo?
    
    Su vocecita suena como un desafío, como una tentación. Se sostiene la toalla contra el pecho. Su cabello húmedo brilla y ella huele a jabón, a champú de manzanilla.
    
    —Tal vez… —lo digo con un hilo de voz porque la voz me tiembla.
    
    Me tiemblan las piernas y antes de que pueda darme vuelta para salir huyendo tengo a Morelia entre mis brazos. La beso con furia, después con ternura y luego con deseo. La toalla cae al piso y la tengo desnuda y siento que tal vez ya viví esto en otra vida o en sueños que jamás me atreví a soñar. Quiero hablar pero ella me tapa la boca con un dedo. Sus senos son redondos y pequeños. Sus dedos están helados y me ponen a volar a medida que me desnudan de a poco. En el espejo frente a su cama somos un contraste de mi piel negra con su piel blanquísma.
    
    Se pone detrás de mí para desprenderme el sostén y sus dedos helados dibujan pétalos sueltos sobre mis pezones durísimos como espinas de carne. Me dueles en todas las ganas, Morelia. Sus dedos comienzan a bajar mi tanga mientras su lengua es una tibieza mojada que se desliza por mi espalda. Mordisquea mis glúteos y ahora ya no puedo tenerme en pie, caigo de bruces sobre la cama y siento su mano que se entibia mientras me unta con crema ...
    ... para manos. Morelia, me vas derretir. Desnudas sobre la cama nos besamos con la animalidad del deseo y temo que la dureza de mis pezones la atraviese pero no.
    
    Sus senos se deslizan sobre mi boca mientras un dedo ahora caliente me abre con delicada lentitud y juega con mi mata oscura y entra y sale como un niño juguetón que explora una gruta descubierta en el bosque. Le atrapo el lóbulo de la oreja con los dientes y ella se escurre y el calor mojado me abre de par en par, con exasperante suavidad siento crecer un espasmo en mi vientre, un cosquilleo que no experimenté jamás, es como una música que utiliza mi cuerpo para hacer una danza y estallo en un largo gemido mientras toda mi piel se vuelve hipersensible y me acurruco en posición fetal como una niña que tuviera frio.
    
    Es un paréntesis demasiado breve. Morelia se desliza sobre mí. Me invade y juego a atrapar cada parte de su cuerpo con mi boca, con mis manos, la pongo debajo y empiezo a libar un néctar que huele a lirios mojados, a charcas en el bosque y Morelia dice muy quedamente ya… repite ya… y se arquea y me aprieta las piernas y jadea y gime y… por favor, no me toques que tengo cosquillas, dice mientras ríe sin poder parar, ríe hasta toser y la abrazo porque tengo frío.
    
    Hicimos el amor dos veces más. Nos dormimos casi con la primera claridad del día y mis barreras despertaron antes que yo. Tenía el sexo irritado y el cuerpo complacido con esa tibieza pegada a mis espaldas. Me doy una ducha. Me siento al lado ...
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