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Incesto y perversión (11) madre/hijo
Fecha: 28/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos
... el presemen. El chico sintió un espasmo en todo el cuerpo, que se materializó en un temblor intenso. Ella lo miró desde abajo, con cara de diablilla, aún con el celular en la oreja. —Sí, yo te mando la fotito —le decía a su marido, mientras tenía la verga del chico en sus manos, y el sabor de sus flujos en su lengua—. En un rato te la mando. ¿Y sabés en qué estaba pensando? En ponerme el delantal. ¿Te imaginás, que te prepare la cena así, en tanga, solo con el delantal puesto? Adriel conocía el grado de perversión en el que podía llevar su madre, pero esto era demasiado. Y sin embargo, le encantaba. Después de todo, había sido idea suya que lo llamara. No se le hubiera ocurrido que hablara con él mientras le chupaba la pija. Se preguntó si acaso ella lo odiaba, o si simplemente lo humillaba porque sabía que no se iba a enterar de lo que estaba pasando. Mientras Mauricio le hablaba al teléfono Virginia lamió de nuevo, pero esta vez lo hizo desde la base del tronco, deslizando la lengua lentamente sobre toda la extensión del fallo, dejando una huella de saliva en la piel del muchacho. —Bueno, Mi amor, que termines bien el día —dijo, y por fin colgó. Entonces empezó a estimular con más intensidad el miembro, concentrando la lengua cada vez durante más tiempo en la parte superior, hasta que por fin esa húmeda extremidad se movió sobre el glande, produciéndole un placer que lo hacía sentir como si le fuera a explotar la cabeza. Entonces él apoyó la mano en el ...
... cabello dorado de su mamá, y empujó hacia abajo. Fue ahí cuando ella empezó a succionarlo, ya con esa cosa dentro de su boca. —Uf —dijo Adriel—. Dale, mostrame como una MILF chupan la pija. Eso la hizo reír, pero siguió, incansable, succionándole la verga, con el único objetivo de darle placer. Para el adolescente, durante algunos minutos, no hubo más en el mundo que la sensación que le producía la calidez de la boca de Virginia, y la frotación de su lengua en su miembro. No había nada más que ese placer concentrado en su entrepierna. Nada más que el movimiento de la cabeza de su madre, arriba abajo, metiéndose la pija hasta el fondo. Nada más que los sonidos de humedad mientras ella no dejaba de saborear su parte íntima, prendida de esa cosa enorme que se erguía entre sus piernas. Ella sentía esa carne dura en su interior. Percibía su calidez, su textura irregular, debido a las venas a los pliegues, al cambio de tamaño cuando se llegaba al glande. Cada tanto miraba hacia arriba regalándole una mirada azul, en donde le dejaba en claro como gozaba de estar ahí agachada para él. Entonces cuando ya faltaba muy poco para terminar, Adriel se le ocurrió otro juego perverso. —Esperá —le dijo. Empujó suavemente de la frente, para que ella lo liberara. Entonces se inclinó y extendió la mano hacia la mesa ratona. Agarró la bandejita con las galletitas dulces. Ella se apartó un poco, pero seguía a sus pies. Entonces vio como su hijo llevaba su mano a su propia verga, y ...