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Incesto y perversión (11) madre/hijo
Fecha: 28/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos
... empezaba a jalarla. Luego acercó el plato muy cerca de él. Solo pasaron unos segundos, hasta que vio el semen saltando, en chorros gruesos, cayendo todo sobre el plato, sobre las galletitas. Ella se quedó ahí, fascinada. Si cualquier amante le hubiera propuesto hacer eso se hubiera negado rotundamente. Pero él no era un amante más. Y tampoco se lo había preguntado. Así que cuando Adriel agarró una galletita de vainilla con membrillo, y ahora con semen, y las acercó a su boca, ella no hizo ningún tipo de acto de resistencia. Al contrario, separó los labios, y se metió la galletita entera en la boca, para luego empezar a masticarla. —¿Está rica? —le preguntó él. Ella asintió con la cabeza, y siguió masticando. Hasta que, después de un rato, se tragó todo. Adriel agarró otra galletita, estaba es una de chocolate, y se las llevó a la boca. Ella lo miró directo a los ojos mientras cerraba los dientes en la masa, y se comía el dulce mezclado con el semen. —Ya está bien —dijo, cuando él intentaba darle la tercera galletita—. Ya te diste el gusto de que hiciera esta chanchada por vos —agregó—. Ahora voy a limpiar esto. Se irguió. Adriel vio el monumental cuerpo de su madre caminando hasta la cocina, con la bandeja. No tardó en seguirla. Se apoyó en el marco de la entrada de la cocina. La miró metiendo las galletitas en una bolsita negra, cerrándola con cuidado. Y luego llevó el plato también manchado de semen al lavadero. Pero él se le adelantó. La abrazó por ...
... detrás, justo antes de que ella abriera la llave del agua. Inmovilizó sus manos y le quitó el plato. Lo acercó a su rostro, mientras le apoyaba la pelvis en el gordo culo. —¿Qué querés? —preguntó ella, riendo, aunque sabía muy bien lo que él quería. —Dale —le dijo el chico. Entonces ella le dio el gusto. Sacó la lengua y empezó a lamer sobre el plato, ahí donde habían migas de galletitas y gotitas de semen. Lo lamió como una gatita hasta dejar el plato impecable. Recién entonces se puso a lavarlo. Mientras tanto, adriel se puso en cuclillas, le corrió el hilo dental a un lado, y hundió la lengua entre las nalgas. Virginia sentía como su hijo le comía el culo mientras pasaba la esponja por el plato. Era un cosquilleo delicioso, así que se quedó ahí, poniendo el trasero un poco en pompa, para que a él le resultará más cómodo. Luego lo enjuagó lentamente, para que él pudiera darse el gusto de saborear su orto por más tiempo. Finalmente el chico se levantó y desabrochó el delantal. Ella giró, y él se deleitó viendo sus hermosas tetas desnudas. Empezó a chuparlas a masajearlas, a jadear mientras lo hacía. Las dejó toda mordidas, llenas de baba, pero a ella no le importaba. De pronto sintió cómo la hacía girar de nuevo, poniéndola de espaldas a él, apoyada sobre la mesada. Virginia separó las piernas, se inclinó un poco más. Instante después, sintió como su niño le hundía la verga en su Concha. En la cocina fueron todos gemidos durante minutos. Adriel entrando y ...