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El despertar de mi hermana
Fecha: 06/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Sexo en Grupo Voyerismo Autor: Edul, Fuente: SexoSinTabues30
... cuando quería ganarse su confianza. —Por favor, hermanita. Sé que soy la mayor y aunque tengo la última palabra, te respeto mucho, siempre lo he hecho. Necesito que lo entiendas. Yo quiero que todo sea con respeto y que, si estás incómoda, me lo digas. Pero lo que te pido ahora es que dejes que ellos vengan. También quiero que vivas con la misma libertad con la que yo me siento, empiezas a explorar una vida nueva que vaya de acuerdo con vos. Quiero que todo esté bien entre nosotras. Bianca la miró fijamente. Sabía que su hermana se tomaba en serio cada palabra, y que Oriana era capaz de hacer que cualquier cosa se sintiera correcta, incluso cuando no lo era. Bianca respiró hondo, pensando en todo lo que había pasado esa semana. No podía negar que sentía una extraña mezcla de curiosidad, incomodidad y respeto. No quería ser una hermana rígida, pero a la vez, la idea de tener a más hombres en la casa la hacía sentir algo vulnerable, casi fuera de control. —Está bien, Ori. Lo haré por ti. Pero solo porque te quiero mucho y respeto lo que quieras. Pero, por favor, no dejes que se vuelva un desmadre total. Oriana le sonrió con una mezcla de gratitud y picardía. —Gracias, hermanita. Te prometo que no será nada del otro mundo. Solo un poco de diversión. Eran cerca de las diez de la noche. Bianca estaba sentada en el sillón del living, con las piernas cruzadas y el celular en la mano, aunque no miraba nada. Llevaba puesto su pijama más liviano: un short ...
... diminuto, apenas le cubría lo justo, y una pupera blanca tan corta que dejaba al aire todo su abdomen. Cada vez que se movía, la tela subía un poco más, dejando asomar el borde inferior de sus pechos. Sabía cómo se veía, aunque no lo hacía a propósito. El timbre sonó. Desde arriba, se escucharon pasos rápidos y descalzos bajando por las escaleras. Era Oriana. Llevaba puesto solo un camisón negro de tela fina, que caía suelto desde el pecho y apenas llegaba a cubrir la mitad de su trasero. Con cada escalón que bajaba, el camisón se movía, mostrando que no llevaba nada debajo. Sus pezones, redondos y marcados, empujaban contra la tela, tan firmes que parecían querer atravesarla. Oriana bajó tranquila, como si no fuera nada. Como si fuera una noche más. —¿Y vos qué planeás hacer? —preguntó mientras pasaba al lado del sillón, con una media sonrisa en los labios. Bianca no le contestó al instante. Se asomó por la ventana que daba al porche. Lo que vio, la hizo abrir un poco más los ojos. Cinco hombres de piel negra, tan oscura que contrastaba con el tono de piel palido de las dos jóvenes. Todos altos. Todos imponentes, corpulentos, de esos que hacen que el aire se sienta más denso. La escena de la tarde se le vino de golpe a la cabeza. Eran los mismos, pero eran tres mas, todo tenían esa misma energía. De fuerza. De peligro. Bianca tragó saliva. —Te dejo tranquila. Yo subo a mi cuarto. Se levantó del sillón sin decir más, sintiendo cómo su piel se erizaba ...