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El despertar de mi hermana
Fecha: 06/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Sexo en Grupo Voyerismo Autor: Edul, Fuente: SexoSinTabues30
... sin motivo aparente. Subió las escaleras sin mirar atrás. Pero antes de cerrar la puerta de su habitación… se detuvo. Sabía lo que estaba por pasar abajo. Y, aunque le costara admitirlo, no podía fingir que no le importaba. Había algo que se le revolvía en el estómago: una mezcla de incomodidad, inquietud… y una curiosidad que no se le iba. No era solo por lo que su hermana Oriana estaba por hacer. Era por todo: los hombres, el morbo, la desinhibición, y el contraste brutal con lo que ella sentía en su propio cuerpo. Pero también había otra cosa. Un instinto extraño de cuidado. Como si algo dentro de ella dijera: “por si pasa algo… estoy cerca.” Bianca se acercó, y bajó hasta la mitad de la escalera. Las luces estaban bajas, el ambiente era cálido, y las voces masculinas se escuchaban graves, distendidas. Con el corazón acelerado, se acostó boca abajo sobre la alfombra del descanso del primer tramo de escalones, con el mentón apoyado sobre sus brazos cruzados. Desde ahí tenía una vista del living, entre los barrotes de la baranda. Nadie podía verla. Pero ella sí podía ver todo. Y así, en silencio, se preparó para ser testigo de lo que fuera que iba a pasar esa noche. Desde el borde de la escalera, Bianca los observaba en silencio. El living estaba iluminado. Oriana se movía con un baile sexy, entre los cinco hombres como si los conociera de toda la vida. Ellos la rodeaban, relajados, tomando cerveza, riéndose con voces profundas. El camisón ...
... negro de su hermana mayor se pegaba a su piel como una segunda capa. Cada vez que se inclinaba a servir algo o reía, la tela subía apenas… y eso bastaba para que todos la miraran con hambre. Uno de los hombres, el más alto —fácil dos metros cinco—, levantó su vaso y la señaló entre risas. —Euu, pero esta nena entra en una mano, eh. Todos se rieron. —Literal, bro. ¿Cuánto medís nenita? ¿Un metro y…? Oriana sonrió con descaro. —Uno sesenta y uno. ¿Te impresiona? Otro la miró de arriba abajo, con una sonrisa ladeada. —Más bien me calienta. Nunca estuve con una nena tan chiquita. Me da morbo. —Como si la pudiéramos levantar con una sola mano —dijo otro, extendiendo los brazos como si la midiera. —Y apoyarla contra la pared sin que toque el piso. Las risas fueron más sucias esa vez. Oriana no se inmutó. Se rió con ellos, disfrutando. —¿Y qué harían si lo intentaran? —preguntó, provocadora. Desde su escondite en el descanso de la escalera, Bianca no podía despegar la vista. Los hombres se acomodaban con naturalidad en los sillones, como si ya conocieran el terreno. Sus cuerpos grandes llenaban el espacio, anchos de hombros, oscuros de piel, imponentes sin esfuerzo. Oriana se movía entre ellos como si jugara con fuego. —La verdad… —dijo, apoyando la espalda contra una pared—, me encanta este contraste. Yo tan blanca, ustedes… tan distintos. Sonrió con picardía. —¿De dónde son, realmente? Porque no parecen de acá. Uno de los hombres se rió, ...