1. Un día de lluvia, rayos y truenos


    Fecha: 08/12/2025, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... que intentarlo, aunque vuelvas a cortarme el habla.
    
    -Déjame, Quique.
    
    Su voz me había sonado dulce, acaramelada, cómo de enamorada. La volví a besar en el cuello. Le mordí el lóbulo de una oreja. No trataba de soltarse de mí y eso me ponía más perro, dijo:
    
    -¡Déjame, primo!
    
    Mis manos dejaron su cintura y se posaron en sus duras tetas. Seguía sin moverse. Le levanté el vestido y mi mano derecha se metió dentro de sus bragas. Tenía el coñito mojado. Me dijo:
    
    -Eres malo.
    
    Le metí el dedo corazón dentro de él.
    
    -Déjame, cochino.
    
    Le giré la cabeza y la besé. Sus tiernos labios temblaron al entrar en contacto con los míos y su fino cuerpo se estremeció. No me devolvió los besos. Al dejar de besarla, me dijo:
    
    -Déjame ir.
    
    No se iba porque no quería. Me puse en cuclillas delante de ella y le bajé las bragas. Seguía sin moverse. Le levanté el vestido y vi su coñito rodeado de vello negro. Me preguntó:
    
    -¿Qué vas a hacer?
    
    -Comerte el coñito.
    
    -¿Y si viene alguien?
    
    No me había dicho que no. Ya la tenía, le respondí:
    
    -Con este tiempo nadie sale de casa.
    
    -Cierra la puerta por dentro por si acaso.
    
    Ya no había vuelta atrás. Cerré la perta de la casa, volví a su lado, me agaché y comencé a lamer su coñito mojado. Puso sus manos en mi cabeza, acarició mi cabello, y me preguntó:
    
    -¿Le hacías esto a ellas?
    
    -Sí.
    
    Metí mi lengua en su vagina… Lamí su coñito de abajo arriba, lamí su clítoris…
    
    -¿Sabe rico mi coñito?
    
    -Está delicioso.
    
    Dejé ...
    ... que el vestido me cubriera, y seguí lamiendo y follando su sexo con mi lengua. Tenía el coñito estrecho… Después chupé el dedo corazón y se lo metí dentro del culo. Con la voz entrecortada, dijo:
    
    -¿Sabe mejor mi coñito que los otros que comiste?
    
    -Mucho mejor.
    
    Hice que se girara, le lamí el ojete y le metí la punta de la lengua dentro.
    
    -¡Qué cochino!
    
    Metiendo y sacando el dedo de su coñito le follé el ojete con la lengua. Poco después sentí cómo le temblaban las piernas y como un líquido calentito bajaba por mi dedo al tiempo que su coñito lo apretaba. Elisa gemía en bajito. Se estaba corriendo y era cómo si no quisiera que yo lo supiera, pero lo supe. ¡Cómo para no saberlo con su ojete abriéndose y cerrándose al entrar y salir la punta de mi lengua de él!
    
    Al acabar de descargar, saqué la cabeza de debajo de la falda, me puse en pie y busqué su boca con la mía. Me devoró… Lamió, chupó y mordió mi lengua. La que parecía recatada se había convertido en una vampiresa, le pregunté:
    
    -¿Vamos para la cama?
    
    Su respuesta fue poner su mano en mi cabeza, levantar el vestido con la otra y llevar mi boca a su coñito… Volví a lamer su clítoris, se lo chupé, volví a lamer y chupar sus labios vaginales, le volví a follar la vagina con la lengua y le volví a follar el culo con el dedo. Se puso cómo loca.
    
    -Así, así, no pares. ¡Ay, qué gusto! Sigue, sigue. Ay, que me voy a correr, ay, que me voy a correr, ay que me corro, ay que me corro. ¡Ay qué me corro! ¡¡Me corro, ...