La granja de semianimales de Sara - 2 - Relatos Eróticos

La granja de semianimales de Sara - 2

... Cuando tus ojos se cruzan de nuevo, ves la chispa clara de que lo sabe todo: el morbo, la vergüenza, el hambre de probar cualquier cosa que te suelte en esa granja.

Sara te obliga a arrodillarte junto a lavaca mujer, justo al nivel de esos dos pechazos colosales, la piel tibia y tensa, con variospezones gruesos brotando entre la piel moteada. Los pezones están duros, algunos goteando hilos de leche tras la corrida animal

—Prueba su sabor. No te hagas el remolón, —ordena Sara, presionando con firmeza tu cara contra una de esas urbes, la leche tibia humedeciéndote la barba.

No te queda otra que abrir la boca y cerrar los labios alrededor de uno de los pezones, chupando con fuerza.El primer chorro es cálido, espeso, y tiene ese sabor a animal y campo que se pega al paladar. Mamás, como un puto crío, la leche llenándote la boca mientras notas el latido intenso de la vaca mujer bajo tus manos, los pezones duros y la piel vibrante.

Sara aprieta más tu nuca, regodeándose en la escena, su polla postiza rozándote la oreja mientras suelta una risa ronca.

—Eso es… así sí vas aprendiendo lo que es la vida de granja. Quédate ahí, hazlo bien... Chupa más fuerte, vamos. Demuestra que sirves para algo más que mirar.

Tú sigues mamando, bebiéndote esa leche y tragando los restos amargos de la última descarga. El mugido de la vaca vibra en todo tu cuerpo, el calor de Sara pegada detrás de ti… y tú, reducido a bestia sumisa, cumpliendo órdenes y sintiendo el mundo achicarse a ...

... ese par detetas enormes y llenas.

La lechees tan dulce que lo primero que te golpea es el contraste: mucho más suave y melosa que cualquier leche normal, como si fuera un postre líquido recién ordeñado solo para ti. Te termina empapando la boca y el ánimo, cada trago más adictivo que el anterior. Sara, con su sonrisa torcida, te susurra cerca del oído, la voz ronca y divertida.

—Cuando están felices, su leche se vuelve más dulce. No hay secreto, ni química. Solo hay que tratarlas… como toca.

Notas cómo su mano vuelve a tu nuca,te separa con un leve tirón de la teta de la vaca mujer. —Eh, no te bebas toda la mercancía, glotón. Eso es para los clientes, no para que te lo tragues todo tú

Un reguero espeso de leche cae desde la comisura de tus labios y recorre la mejilla, brillante, pegajoso. Sara no duda: se agacha, te pone una mano fuerte en la mandíbula y pasa la lengua despacio por tu piel, recogiendo la leche derramada con unchupetón húmedo y descarado. Sientes el calor y la humedad de su boca, la lengua lamiéndote con ganas, sin pudor, arrancando cualquier resto, como si eso te remarcara que eres suyo

El cosquilleo te recorre de arriba abajo; no puedes hacer otra cosa que quedarte quieto,sumiso, hambriento, sabiendo que en ese instante eres poco más que una mascota obediente a los caprichos de Sara —y, en el fondo, ansiando que ella haga contigo justo lo que quiera.

Sara no tarda en aprovecharse:—Así me gusta, calladito y obediente. Quédate aquí, junto a ...