El entrenamiento de Cassie - 1 - Relatos Eróticos

El entrenamiento de Cassie - 1

... polla hasta el fondo y derramándose en su garganta. Cassie tosió.

—No te atrevas a botar el semen, Cassie —le advirtió Magnus, lanzandole otro latigazo al coño.

Cassie tragó todo como pudo mientras los azotes continuaban. Su sexo hinchado terminó por correrse en un espasmo involuntario. Magnus se dio cuenta y sonrió con sadismo al ver el líquido mezclarse con un chorrito de orina provocado por el dolor.

Cuando terminó, Magnus soltó la fusta y se sacó su propia polla. Sin darle respiro, se la metió de golpe en su coño enrojecido. Cassie gritó de nuevo, más desgarrada que antes, con la voz ronca. Pero no podía dejar de gemir por lo bien que se sentía ser penetrada así.

Magnus comenzó a follarla con rudeza, sin piedad. La sujetaba de las caderas, enterrándose hasta el fondo una y otra vez.

—¿Sabes por qué te castigo, Cassie? —escupió mientras la embestía.

Ella jadeaba, lágrimas cayendo, intentando responder.

—¡Porque fui desobediente!

Magnus asintió.

—Exacto. No olvides llamarme siempre “amo”, ¿de acuerdo?

Cassie gritó entre sollozos:

—¡Sí, amo!

Magnus sonrió, dándole otra embestida más brutal, sintiendo cómo el interior de ella lo apretaba por reflejo.

—Entonces, cada vez que desobedezcas, que te quejes de algo o que intentes rechazarme, voy a hacerte esto. Y tú serás la que me lo va a pedir cada vez. ¿De acuerdo?

Cassie chilló, con la voz quebrada:

—¡Sí, amo!

Magnus bajó la voz, cruel y exigente:

—Ahora dime que lo ...

... mereces.

—¡Merezco el castigo, amo!

Magnus le dio un azote con la mano abierta en el clítoris mientras la follaba.

—Dime cuánto te gusta que te castigue así.

Ella gritó con voz ronca y rota:

—¡Me gusta mucho que me castigues, amo!

Magnus se inclinó, pegando su boca a su oído, mientras la azotaba con la fusta en el clítoris:

—Dilo más duro. Grita que te encanta que te azote el coño.

Cassie apretó la polla de Magnus con más fuerza, no podía entender cómo esto la excitaba tanto. Chilló con todas sus fuerzas, humillada y derrotada:

—¡Me encanta que me azotes el coño, amo! ¡Azótame más fuerte, por favor, amo!

Magnus sonrió, satisfecho.

—Con gusto, cariño.

Le lanzó un golpe brutal con la fusta en el clítoris. Cassie se corrió en un chillido agudo y dolido, su cuerpo convulsionando de placer intenso y dolor mezclado. Magnus siguió follándola mientras el orgasmo la recorría, prolongándolo hasta hacerlo insoportable. Finalmente, él también gruñó, derramándose dentro de ella con embestidas profundas y lentas.

Cassie quedó tendida sobre la mesa, agotada, la mente en blanco, apenas consciente de sus sollozos. Magnus la miró con deleite. Ahora era solo su propiedad. Y se encargaría de recordárselo cada maldito día.

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¡Hola! Este es el primer capítulo de la segunda historia de una "serie" que he estado escribiendo. La primera historia se llama "El entrenamiento de Alina" y los 11 capítulos están publicados aquí. ...