1. El ácido come sin mirar qué


    Fecha: 17/12/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... conoce mejor oriénteme cuáles me convienen, teniendo en cuenta que deseo franelear con mi novia”.
    
    Patricia me miró escandalizada mientras el empleado, al ver mi cara seria, volvió la vista al tablero y eligió, entre las que estaban en el centro de un sector sin ocupar, para dármelas.
    
    – “Pienso que acá van a estar cómodos, que disfruten la función”.
    
    – “Muchas gracias caballero”.
    
    Mi pareja siguió mis pasos pero con cara de poco convencida y apenas con sentamos apagaron las luces.
    
    – “Hijo de puta”
    
    – “Sí cielo, yo también te amo”.
    
    – “Pensé tener un amigo educado pero resultaste un degenerado”.
    
    – “Sí amor, un amigo degenerado que te quiere mucho”.
    
    Y pasé mi brazo por sobre sus hombros; su mirada amorosa, desmintiendo las palabras previas, me envolvió mientras tomaba mi muñeca que colgaba y la hacía bajar, apretando para que la mano solo tuviera que contraerse un poco para agarrar plenamente el pecho.
    
    – “No faltés a tu palabra y franeleame mucho o me iré a quejar al que nos vendió las entradas”.
    
    No hizo falta pensar, decidir y que el cerebro ordenara el movimiento, mi mano actuó por propia iniciativa, primero apretó por sobre la ropa, cuando notó la dureza del erguido pezón hizo a un lado blusa y sujetador para palpar en carne viva jugando y retorciendo la deliciosa protuberancia. El susurro en el oído redobló el estímulo.
    
    – “No vas a usar la otra mano y la boca?, sería una vergüenza que el boletero anotara la queja en el libro habilitado para ...
    ... ello”.
    
    Mi respuesta fue enrollar el vuelo del vestido en la cintura mientras la besaba con cierta ferocidad para después deleitarme con lo que ella mostraba sin recato.
    
    – “Qué maravilla, cómo me gustaría besar, lamer y saborear lo que tengo ante la vista”
    
    – “Me encantaría que lo hagas pero el lugar está en contra de nuestros deseos”.
    
    – “Es verdad, tendremos que buscar una solución, por lo pronto haré trabajar las manos pero pensando que es mi boca la que realiza una incursión en ese lugar atrayente”.
    
    – “Hay una alternativa a modo de adelanto, como un pequeño anticipo”.
    
    Y apenas terminó de hablar metió dos dedos por el costado de la bombacha y, después de mojarlos bien, los llevó a mi boca.
    
    – “Probá mi jugo tesoro, está hecho en una fábrica que solo trabaja para vos”.
    
    Y mientras lo decía, también con una mirada tierna, acercó las dos yemas brillantes por el líquido, que primero olí y luego chupé hasta dejarlas secas. Ahí se me instaló la duda a resolver con una consulta médica para saber por qué en ese instante no me corrí a mares.
    
    De más está decir que la función fue maravillosa, en la que ella gozó por lo menos dos veces y al terminar salí caminando lentamente con las piernas ligeramente abiertas pues mis bolas dolían con solo mirarlas; por supuesto que mi amada lo notó, esbozó una sonrisa y acompañó mi lento andar.
    
    Tomamos un taxi rumbo al restaurant elegido y en el trayecto Patricia le pidió al conductor dejarnos en una plaza cercana, desierta a ...
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