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Aniversario, vacaciones, e intercambio de pareja
Fecha: 18/12/2025, Categorías: Intercambios Autor: El Cuentacuentos, Fuente: TodoRelatos
... expresión de hipnosis en su rostro mientras miraba fijamente como otra mujer acariciaba mi pene. La chica se sentó detrás de mi, sentí sus enormes y flácidas tetas pegarse en mis nalgas, mientras con ambos brazos rodeaba mi cuerpo, masturbándome con una de sus manos, mientras con la otra jugaba con mis bolas. Me convertí en la atracción del momento. Sentí decenas de miradas en mi, mujeres que evaluaban la calidad del trabajo de aquella chica, y hombres que me miraban con envidia, pues mientras ellos bailaban solos, a mi ya me estaban “atendiendo”. Cuando más disfrutaba del momento, vi que me mujer se puso de pie y caminó hacia la cocina, dejándome sin mirar atrás, tal vez para no ver como otra mujer terminaría ordeñándome, o tal vez para ir en busca de acción y no quedarse atrás. La perdí de vista antes de sentir que jalaban mi cuerpo. La chica había soltado mi verga y estaba intentando que girara mi cuerpo, para dejar de buscar a mi esposa con la mirada y quedar de frente a ella. Mi perspectiva cambió. Frente a mi quedó aquella mujer de prominentes curvas, desparramada en un sillón mirando mi cuerpo, y a su lado el tipo sesentón con el que antes estaba, y que ahora intentaba por si mismo despertar su flácido pene mientras nos miraba. Sin dejar tiempo para que yo tomara otra decisión, la chica tomó mi pene y se lo metió en la boca, comenzando a propinarme una tremenda mamada, con una habilidad mucho mayor que la de sus manos, y tristemente, muchísimo ...
... mayor a la de mi mujer. Los disfruté, ¡Vaya que lo disfruté! Pero por más que quisiera haberle llenado la boca de leche a la chica, tuve que detenerla para no ser el primero en dar un espectáculo adicional esa noche. ¿Y Laura? Pensé mientras la chica se incorporaba, pero antes de que pudiera voltear para buscarla, ella me dijo al oído, en inglés, que quería ir a una habitación. Le respondí que yo también deseaba irme con ella, pero que tenía que encontrar a mi mujer. Ella me sonrió, y simplemente me contestó: Yo te llevo a donde está tu esposa. La chica me tomó de la mano y caminó hacia las habitaciones. Pude mirarla en el camino, no, no estaba ni cerca de ser una mujer con la que yo le hubiera faltado a Laura si la situación hubiera sido distinta, pero, ¡Que demonios! Ya estamos en esto. Se detuvo frente a una de las habitaciones que tenía la puerta cerrada, me miró unos segundos con un dejo de lástima, y me dijo al oído: Aquí es donde entró tu mujer. Sentí como si mi cuerpo se encendiera por dentro. Yo, en mi estupidez, pensé que la chica me habría dicho que me llevaría hasta ella como excusa para llevarme a una habitación, pero si en realidad ella había visto a mi mujer entrar ahí mientras me atendía, era un hecho que no estaría sola. Lleno de rabia tomé la perilla de la puerta y la giré pensando que estaría cerrada… pero la habitación estaba abierta. Había 3 parejas adentro, que ni siquiera se inmutaron al escuchar que la puerta se abría. En el ...