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Relajos y pingas 4
Fecha: 19/12/2025, Categorías: Hetero Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Pachito, Fuente: SexoSinTabues30
... Claudia jadeó, sus caderas subiendo para encontrarse con la mano, y la morena le metió otro beso, ahogando los gemidos. El reggaetón seguía sonando, pero para mí, el mundo se había reducido a esa tumbona. La morena bajó la cabeza, lamiendo el estómago de Claudia, y luego más abajo, hasta que su boca estaba entre las piernas de Claudia. La bata se abrió del todo, y vi la concha de Claudia, rosado y mojado, mientras la morena lo lamía con una lentitud que era pura tortura. Claudia se retorcía, sus tetas temblando con cada movimiento, y sus gemidos se mezclaban con el ruido de la piscina. “Carajo, sigue”, susurró Claudia, y la morena obedeció, chupando el clítoris con una intensidad que hizo que Claudia se mordiera el labio para no gritar. Yo estaba temblando, escondido detrás del carro, con la pinga dura y la cabeza hecha un desastre. Afuera, San Isidro seguía con su vida: un carro pitando en la avenida, el ladrido de un perro, el zumbido de una moto. Pero en ese patio, con Claudia y la morena perdidas en su propio mundo, todo lo demás parecía mentira. La morena metió un dedo en la concha de Claudia, mientras seguía lamiendo, y Claudia se vino con un gemido que se coló hasta donde yo estaba, su cuerpo temblando como si le hubiera dado corriente. La morena levantó la cabeza, con una sonrisa satisfecha, y le dio un último beso, lento y profundo. Yo no sabía qué hacer conmigo mismo. Mi pinga me dolía, y el calor me tenía sudando como si hubiera corrido una maratón. La hija del jefe, que había estado mirando todo desde la piscina, se acercó a la tumbona, riendo, y le dijo algo a su mamá que no alcancé a oír. Claudia se cerró la bata, como si nada, y la morena se tiró al agua, dejando el aire cargado de algo que no podía explicar. Yo me quedé ahí, escondido, con el corazón latiéndome en los oídos, sabiendo que lo que había visto iba a cambiar todo.