-
Nuestro comienzo en el nudismo, el sexo y los intercambios familiares
Fecha: 21/12/2025, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... nada. Habíamos hablado de educarla de una forma liberal, sin ocultar nuestros cuerpos y que ella tuviera una mente abierta, ¿no? —Sí, claro, porque yo soy así, y quiero que ella crezca sin prejuicios ni tabús, pero cuando hacía eso no tenía malicia, lo hacía jugando. —¿Entonces?, ahora cuando ves que ella me coge la polla te entran los celos y ya no te parece tan bien. —Tampoco son celos… ¿cómo voy a tener celos de una niña, que además es nuestra hija? —Pues tendrás que aclararte —me dijo mi marido, intentando convencerme o manipularme para que permitiera todo eso que estaba pasando. —Sí, perdona, es que me pillo por sorpresa, porque no me lo esperaba, que ya tan pronto tuviera esta atracción por las pollas. Al final tuve que asumir eso que estaba pasando, y empecé a verlo con morbo, porque ella me miraba como buscando mi aprobación. Ya tenía su picardía y ella sabía en su interior que estaba jugando con algo íntimo que pertenecía a su mamá y necesitaba mi permiso para hacerlo, encontrándolo en nuestra actitud de complacencia con ella, ya que dejábamos que experimentara libremente su curiosidad. En esos momentos, yo era consciente de que eso era muy estimulante para una cría de su edad, y la polla de su padre se había convertido en un juguete fantástico que eclipsaba a todos los demás, ya que aparte de manejarlo con sus manos, empezaba a experimentar unas sensaciones nuevas para ella en su interior, sintiendo la necesidad de acariciarse o ser acariciada, ...
... de tocar ella también su intimidad y abandonarse al placer que le producía, sorprendiéndose con la llegada de su primer orgasmo como culminación de estos juegos. Todo eso, también me excitaba sobremanera a mí y me animé a participar con ella en estos juegos, a disfrutar de ese pene tan adorable que teníamos en nuestra mano, de besarlo, lamerlo, darle besitos, darnos besos entre nosotras buscando nuestras lenguas, aumentando así nuestro deseo y cuando mi mano acariciaba su empapada vagina, ya le faltaba poco para explotar entre sus dedos esos primeros orgasmos de su vida. Cuando sucede algo así es lógico querer repetir y repetir hasta no poder más buscando estas nuevas sensaciones que tanto nos agradan, produciéndose los avances de forma natural, y buscando ella, de forma instintiva el contacto de su vagina con ese pene que tanto adora, aumentando, más si cabe, su placer al rozarse íntimamente hasta tal punto que parecía por momentos querer entrar dentro de ella ese pene buscando su camino hacia su cada vez más abierta vagina de niña que busca hacerse mujer. Esa primera penetración es sublime en toda mujer, nos sentimos rotas, invadidas en una intimidad que desea ser poseída, un torrente de placer que desborda nuestro cuerpo y nos hace sentir en el cielo entre gemido y gemido. Disfrutar como vive ese momento tu hija es lo más maravilloso del mundo, como bien saben algunas madres que lo han experimentado, y supongo que una sensación única para un padre con la dicha ...