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Cogiéndome a Jacqueline, la hermana de mi novia
Fecha: 23/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Alber, Fuente: CuentoRelatos
... casa para que yo revisara cuál era el desperfecto que presentaba la máquina. Después de terminado el postre, pasamos todos a un pequeño salón que tiene una amplia puerta corrediza que permite acceder al jardín de la casa. Jorge y el señor Luis estaban hablando aparte de un posible negocio que podían llegar a concretar juntos, y durante unos escasos minutos las tres mujeres y yo estuvimos intercambiando nimiedades hasta que Jacqueline dijo, con una voz entre seria y seductora: “Alberto, creo que es mejor que me acompañes arriba para que veamos lo de la compu, pues luego se hace tarde y nos olvidamos del asunto”. A mí todavía la situación no me había parecido sospechosa (como a ninguno de los presentes), pero mi güevo sí pareció intuir lo que venía, pues se irguió como un asta de bandera, al punto que tuve que hacer un esfuerzo para disimular mi erección mientras caminaba. Mi erección continuó en aumento mientras subíamos las estrechas escaleras, puesto que Jacqueline iba delante de mí y sus nalgas portentosas quedaban casi a la altura de mis ojos, mientras se movían cadenciosamente conforme ella iba superando cada peldaño, dejando adivinar nuevamente la forma de sus panties hilo dental. La habitación que había sido de Jacqueline y que ahora fungía como su estudio estaba al final de un pasillo a lo largo del cual se distribuían las puertas de los demás cuartos. Justo al lado de la entrada de la pieza de Jacqueline estaba ubicado un baño auxiliar que yo había ...
... utilizado muchas veces cuando había ido a la casa a visitar Fernanda. Atravesamos todo ese pasillo con Jacqueline manteniéndose delante de mí, avanzando lentamente mientras balanceaba sus caderas de forma exageradamente sensual; sin embargo, había en su actitud un dejo de distancia y frialdad calculada. Cuando pasó junto a la puerta del baño auxiliar, se detuvo junto a ella, la abrió, encendió la luz, oprimió el botón en la perilla interna que sirve para asegurar la puerta y la cerró. Como yo le dirigí una mirada que parecía decirle que no estaba entendiendo nada de lo que sucedía, ella esbozó una media sonrisa bastante enigmática y siguió caminado sin inmutarse, hasta entrar en su estudio. Yo me quedé parado, inmóvil, justo en la puerta, con la mente concentrada en descifrar la extraña actitud de Jacqueline y con la picha a punto de reventar. No me fijé demasiado en cómo era el estudio. Simplemente pude apreciar que era una habitación bastante grande, con una enorme mesa de dibujo en el medio, un escritorio con una computadora al fondo y una puerta que daba a un baño, cuya entrada estaba ubicada en la pared que estaba a mi derecha. Jacqueline se movió con gracia hasta el ordenador y lo encendió. Luego se dio la vuelta, caminó hacia donde yo estaba, me indicó con la mano que entrara y apenas me acerqué a ella su conducta sufrió una extraordinaria mutación, pues me fue empujando con algo de violencia hasta la pared izquierda de la pieza. Una vez que me tuvo acorralado, me ...