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Cogiéndome a Jacqueline, la hermana de mi novia
Fecha: 23/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Alber, Fuente: CuentoRelatos
... dio un beso en la boca, al que yo correspondí introduciéndole la lengua casi hasta la garganta, apretando mis labios con fruición contra los suyos. Después de unos segundos, me dijo, con voz de diabla: -Maldito degenerado, ¿crees que no te pillé desnudándome con los ojos desde que llegué? ¿No te da vergüenza con mi pobre hermanita? Pues te diré que gracias a ti ahora yo estoy caliente y vas a tener que solucionarlo cogiéndome aquí mismo… Como yo la miré sin decir palabra, pero haciéndole ver que estaba entre sorprendido y nervioso, me increpó: -¿Qué, acaso eres maricon o no quieres hacerme el amor?. A esa pregunta estúpida le respondí acorralándola yo contra la pared y propinándole un beso más apasionado que el anterior, mientras le sobaba las tetas por encima de la blusa. Como ella se dio cuenta entonces de que yo estaba dispuesto a llegar hasta el final y que lo que tenía eran reservas de que nos descubrieran, aclaró todas mis dudas al decir sonriendo: -No te preocupes… Lo tengo todo planificado. No creo que alguien vaya a subir, pero por si acaso, prendí la computadora para que crean que estamos trabajando, cerré la puerta del baño de afuera y dejé la luz prendida para que si alguien sube piense que tú estás en ese baño y yo en el mío… ¡Porque me vas a follar en mi baño y me vas a tomar como un macho toma a su hembra en celo! Ante palabras tan crudas y directas no tardé en empujarla hacia el baño de la habitación. Una vez adentro y calculando que con ...
... suerte dispondríamos, a lo sumo, de veinte minutos de faena, cerré la puerta rápidamente (aunque cuidando de no hacer mucho ruido). El baño era, afortunadamente, bastante espacioso. En el extremo izquierdo estaba la bañera, inmediatamente después la poceta y el bidet y justo frente a la puerta había un enorme tope de granito rosado (que me sería de gran utilidad en esta jornada), en el cual estaba incrustado, hacia el centro, el lavamanos, pero con muchísimo espacio a los lados. Apenas hube cerrado la puerta y luego de besar una vez más a Jacqueline y de apretar sus tetas y de meter mis manos por debajo de su falda para acariciarle el culo, coloqué una toalla sobre el tope de granito para evitar que la frialdad del mismo apaciguara tan siquiera un poco el volcán en el que se había convertido esta mujer y la senté allí con las piernas bien abiertas. Le quité la blusa e inmediatamente le desabroché el sostén, con lo cual sus tetas quedaron en libertad plena. Les digo sin temor a equivocarme que las tetas de Jacqueline son las más increíbles que he visto en mi vida, pues son grandes, pero del tamaño perfecto, con una forma exquisitamente redondeada, y aunque la piel es suave al tacto, los pechos son de una firmeza extraordinaria, duros como rocas. Los pezones, oscuros, estaban erectos y a punto de reventar. Una vez que esas dos bellezas estuvieron a mi disposición, las masajeé a placer y acto seguido procedí a chupar y mordisquear suavemente uno de los pezones, sintiendo ...