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Cogiéndome a Jacqueline, la hermana de mi novia
Fecha: 23/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Alber, Fuente: CuentoRelatos
... el celestial aroma que desprendía su piel, que recordaba el suave olor de los melocotones maduros. Apenas sintió el contacto de mi boca y de mi lengua con su hinchadísimo botón , emitió un gemido apagado, se crispó toda e inmediatamente dirigió una de sus manos hacia mi paquete, apretándolo con lujuria. Tuve que hacer un esfuerzo para no venirme con ese solo contacto de la mano de Jacqueline con mi güevo y mis bolas a través de la tela del pantalón. Retiré gentilmente su mano, le separé bien las piernas, le subí bien la falda e introduje mi cabeza en su entrepierna, con lo cual pude sentir el olor a hembra en celo que emanaba de su gruta. Con mi mano izquierda aparté el delgado trozo de tela que tapaba su cuquita y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que la tenía toda afeitadita, sin un solo pelito alrededor. Aquello fue como si hubiesen puesto un manjar de los dioses frente a mí, porque sin piedad alguna comencé a meterle la lengua en la concha y a masajear su clítoris con el dedo índice de mi mano derecha. La mujer se puso como una posesa y de su vagina salían cantidades impresionantes de líquido que iban chorreando por su entrepierna, a pesar de que yo procuraba beber una gran parte de ese néctar divino. Una vez que ella tuvo su primer orgasmo y sin darle tregua, me quité los zapatos, me bajé los pantalones y los interiores, con lo cual mi pene a punto de explotar fue liberado de su ya insoportable prisión. Bajé a Jacqueline del tope de granito y ella, ...
... como hipnotizada, agarró mi pene como si fuera una empuñadura y lo masajeó varias veces hacia arriba y hacia abajo, a raíz de lo cual la cabeza de mi güevo se humedeció con una buena cantidad de líquido preseminal. Pero no había mucho tiempo que perder, así que le dije que me diera un segundo, que iba a buscar los condones que tenía guardados en la billetera que cargaba en uno de los bolsillos de mi pantalón. Ella me dijo que no hacía falta, que ella tomaba pastillas anticonceptivas y que quería gozar “al natural”. Así que le bajé la falda a Jacqueline, dejándola únicamente con las sandalias puestas y la pantie hilo dental. Hice que se parara frente al tope de granito y la doblé tumbándole la mitad superior del cuerpo sobre el tope, con lo cual su culo y su concha quedaron totalmente expuestos y a mi merced. Estuve unos segundos admirando cómo la tirita del hilo dental se insertaba deliciosamente en la raja que separaba aquellas dos nalgas perfectas y firmes, en las cuales no había ni un solo de gramo de celulitis. Luego le saqué el hilo dental y esa hembra quedó totalmente desnuda frente a mí, solamente provista de sus sandalias ultra sensuales, lista para recibir una follada de las buenas. Tomé mi pene, que ya no aguantaba más, se lo acerqué a la entrada de la chucha y comencé a introducírselo lentamente, hasta que finalmente llegó al fondo, lo cual le arrancó un gemido de perra. Cuando mi güevo se encontró prácticamente con las paredes de su matriz, lo dejé unos ...