1. Encuentro apasionado


    Fecha: 25/12/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Peli, Fuente: CuentoRelatos

    ... agente, sin dejar de masturbarme en ningún momento, me dijo al oído, con sus enervantes susurros, que su compañero tenía una polla descomunal… así, con esas palabras. Y yo, viendo la violencia de sus empujes, no pude por menos que imaginar lo que estaría sintiendo mi querida amante con ese grueso trozo de carne apenas entrevisto entrando y saliendo tan violentamente de su almejita.
    
    Yo estaba ya a punto de alcanzar el orgasmo a manos de la agente, más por la visión de lo que sucedía en el descapotable que por lo que ella me hacía. Por sus gestos se veía claramente que mi amante había cambiado de postura, y que ahora estaba a cuatro patas sobre el asiento mientras el policía la penetraba desde atrás. Este, firmemente aferrado a su cintura, imprimía un ritmo frenético a sus caderas, con unos empujes tan rudos y violentos que yo estaba convencido de que de seguir así la iba a destrozar… o a matar de placer.
    
    En ese momento la agente me dio su último mensaje al oído. Me dijo, con una voz que sonaba excesivamente cínica para mi gusto, que estuviera tranquilo, que no la iba a dejar embarazada… que el siempre acababa en otro sitio. Ese comentario, junto con la visión del policía maniobrando ...
    ... para colocarse más cómodamente detrás de mi amante, encendió una alarma en mi cabeza. Ella era prácticamente virgen de ese agujerito, pues yo había sido el primero en entrar, y solo lo había hecho una vez hasta entonces… y no me dio tiempo a pensar nada más, pues incluso desde donde estábamos situados pudimos oír nítidamente su grito de dolor cuando fue sodomizada por el salvaje policía.
    
    Aunque lo cierto es que después de ese primer grito no volvimos a oírla quejarse, y el ritmo del policía, que volvía a ser frenético, nos daba a entender claramente la facilidad con que su chisme entraba y salía de su pequeño orificio. Esa visión fue el detonante de mi abundante eyaculación. La cual fue a parar, casi por completo, contra el cristal del coche policial. El resto permanecía en la mano de la satisfecha agente, la cual se la lamio sin pudor, sonriendo satisfecha.
    
    Pero para cara satisfecha la de mi pobre amante cuando, tras irse el policía, haciéndome un saludo medio burlón, me acerque a mi auto y la vi hecha un ovillo sobre el asiento, encharcada en sudor, prácticamente desnuda y con marcas por todos lados… para dejar bien patente que este cumpleaños dejara una huella imborrable en ella. 
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