La sexóloga aconseja a una madre y a su hijo - Relatos Eróticos

La sexóloga aconseja a una madre y a su hijo

... haces la paja.

-Siii, siiii, ven aquí, mi vida. – chillo estremeciéndose Cristina -

Rubén dio otro paso y puso la verga frente a su madre, justo encima de sus tetas.

-Voy a correrme, mami. – dijo de repente –

-Sobre tu madre, hazlo sobre tu madre. – le ordenó al sicóloga –

-Aaaahhh. Si cariño, córrete ya, mi vida. – gimió Cris mirando la verga -

Rubén la sacudió un par de veces y un latigazo de leche impacto sobre su madre, llenando de semen sus pechos.

-Asiii, sigue cariño, no pares. - rogó Cristina de forma lasciva –

Cogió el semen de sus pechos y lo restregó por su todo cuerpo, esparciéndolo con una lujuria desmedida.

-Aaahhhh. – gimió por fin Rubén soltando toda la leche en las tetas de su madre –

-Muy bien, Rubén. – exclamó la sicóloga –

Cristina quería terminar a la par que su hijo, tener el orgasmo juntos, frotó su clítoris, se metió los dedos deprisa y notó que iba a correrse.

-AAAHHHH. Mírame, cariño, mira como me corro. – exclamó apretando las piernas con los deditos metidos dentro –

Frotaba su clítoris con rabia, como si le fuera la vida en ello, y miraba ansiosamente a su niño, que viera como se corría, que viera su carita gozando.

-Aaaahhh. Mira. Bebé. – exclamó con los dedos enterrados en su coño –

Tenía los ojos entreabiertos, abría y cerraba la boca y sacaba la lengua humedeciéndose los labios, era la pura imagen de la lujuria y se la mostraba a su hijo.

-Bien. Ha sido una sesión ...

... estupenda, hemos avanzado muchísimo. – dijo Malena - Tenéis que estar los dos muy contentos.

-Bufff. Siiii. – respondió Rubén con la polla en la mano –

Cristina miró a su hijo y se sintió turbada, habían hecho algo prohibió, pero vio como su hijo se tocaba la verga y la hizo mucha gracia. Total, solo se habían masturbado, no se había tocado el uno al otro, eso no era malo, no estaba prohibido, aunque algunos lo pensaran, era algo natural, en la antigüedad seguro que se hacía.

Malena pidió que se vistieran y así lo hicieron, creyeron que la sesión había terminado.

Cuando iban a salir, la sicóloga los paró de golpe.

-Tú vuelve a casa. – pidió a Cristina - Quiero hablar solo con Rubén.

-Pero… - intentó protestar Cristina –

-No hay peros que valgan, tú te vas a casita tranquila y yo me quedo con tu hijo. – añadiendo a continuación - ¡Ah! Y recuerda lo que me has prometido esta tarde.

-Si, si, te lo juro. – afirmó Cris mirando como se cerraba la puerta –

(Capítulo 5 de la serie “Una Psicóloga muy especial”)

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