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Mamá pornoniñera
Fecha: 30/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: elquefolla, Fuente: TodoRelatos
... del suelo y, tanteando con sus manos, localizó en la oscuridad un pomo, el pomo de una puerta, y, girándolo, la abrió. Entrando en la habitación, cerró la puerta a sus espaldas, haciendo el menor ruido posible. Explorando a tientas, se alejó de la puerta. Palpando todo lo que encontraba a su paso se percató que había un armario, una cama, que estaba en un dormitorio. Dudó que hacer, si esconderse bajo la cama o meterse en el armario o quizá buscar otra puerta para escapar por ella, pero … ¿escapar a dónde? Estaba desnuda, con las tetas, el coño y el culo al aire. No podía salir así a la calle. ¿Qué diría? ¿Qué la dirían? ¿Qué la pasaría a esas horas de la noche? Quizá hasta la violarían. ¡Un escándalo! ¡Arruinaría su matrimonio, su reputación, la carrera de su marido! Además que iba a decir a su marido, que el hijo del jefe la quería violar. Seguro que la insultaría, la diría que es una puta, una loca mentirosa, y lo que es peor, lo que nunca la perdonaría su marido es que no pudiera él escalar dentro de la empresa, no ser un jefecillo, y todo porque su mujercita lo echó todo a perder, se hizo la estrecha y no quiso que se la follaran. Lo mejor que podía hacer era volver sobre sus pasos e intentar convencer al retrasado de que se fuera a dormir, y, si fracasaba, dejar que hiciera con ella lo que quisiera, que se la follara por todos sus agujeros, que la reventara el culo si era necesario. Y tomando esa decisión, que pensaba que era lo mejor para su ...
... matrimonio, para su marido, para su hijo y para ella, avanzó a ciegas lentamente hacia donde pensaba que estaba la puerta por la que había entrado. La pareció que algo la rozó ligeramente una nalga, pero supuso que era solo su imaginación. Ahora como una ligera brisa la rozó un pezón. Supuso extrañada que quizá había alguna corriente de aire. Siguió avanzando y un ligero cachete recibió en una de sus nalgas. No sonó, no produjo ningún sonido, pero lo sintió. Se detuvo confusa, confusa y asustada, y sintió como se le erizaba la piel, se la ponía piel de gallina. Dudó si había alguien más en la habitación y movió despacio sus brazos en el aire por si chocaba con algo y, acercándolos hacia sus nalgas, hizo lo mismo sin chocar con nada. Ya más tranquila se encontró algo así como un largo y ancho gancho que apuntaba hacia arriba, palpándolo con más atención la pareció un pene en erección, pero lo descartó por ridículo. ·¿Quién más podía estar ahí? Solo ella y Raulito, nadie más. Se preguntó y pensó nuevamente que su imaginación la estaba engañando, por lo que continuó avanzando a ciegas. No había dado ni un par de pasos cuando recibió un fuerte azote en la otra nalga, ahora si qué sonó, provocándola una aguda crisis de terror ciego, y, chillando como una loca, echó a correr, a correr sin saber hacia dónde, sin ver hacia donde iba, chocando enseguida sus tetas contra un obstáculo, ¿eran las palmas de unas manos?, haciéndola perder el equilibrio, pero se rehízo y no cayó al ...