1. Benditas sean las tetas


    Fecha: 20/02/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... siesta me abre la puerta del gran piso que ha comprado al lado de uno de sus gimnasios, está completamente desnuda, salvo por unos zapatos negros de larguísimo afilado tacón y una ancha cinta de seda negra ajustada a su cuello.
    
    —Pasa, semental. Te has retrasado, estoy cachonda, he estado a punto de telefonear a otro tío que te sustituya
    
    —No te lo crees ni tú, cariño, esta polla es la que de verdad te gusta
    
    Nada más cerrar la puerta me coge de la mano para que me acerque a ella —intento besar su boca, pero me rechaza; desde que volvimos a vernos nunca me ha vuelto a besar en la boca, como mucho en las mejillas a modo de saludo— y empieza a desnudarme con prisas, desperdigando la ropa por el suelo. Cuando estoy tal y como llegué al mundo, me coge de los huevos con su mano izquierda —es ambidiestra, mayoritariamente zurda— se gira, y me dirige dando leves tirones hacia uno de los dormitorios, en donde tiene encendida una televisión con pantalla gigante, con una película porno que acaba de comenzar. Su comportamiento hacia mí durante el sexo se ha hecho con el paso del tiempo más agresivo, no sólo verbalmente, reconociendo que le gusta culparme de nuestra separación y se pone cachonda demostrándomelo.
    
    —Seguro que le has dado tu polla a muchas guarras estas últimas semanas
    
    —Qué más quisiera yo, follo mucho menos de lo que me gustaría
    
    —Cerdo, es lo único que quieres de las tías, que te den gusto
    
    —Joder, tú también te lo montas con quien te da la gana
    
    —Por ...
    ... supuesto, me tiro a algunos yogurines con un cuerpazo que alucino. A ti sólo te llamo cuando quiero mamar tu pollón o cuando me das pena porque estoy segura que metes demasiado poco por ahí; que soy buena persona, aunque no lo merezcas
    
    Durante toda la conversación —siempre que nos vemos los prolegómenos son parecidos— ha estado acariciando mis testículos con intensidad, dándome algún que otro apretón algo fuerte y dirigiendo mi cabeza hacia sus tetas para que me ocupe de sus ya tiesos pezones. Para mí siguen siendo un manjar único.
    
    La película porno, hasta ahora, muestra dos parejas que se lo montan de manera que son los hombres quienes llevan toda la iniciativa. Ellas y ellos son cuerpos de gimnasio perfectos, rubias oxigenadas y cabezas rapadas, los tíos lucen pollas tremendas que las hembras se complacen en lamer, chupar y mamar hasta la saciedad. A Luisa, de casados, no le gustaba especialmente el porno, pero de un tiempo a esta parte siempre pone películas mientras está conmigo.
    
    —Ven, cabronazo, dame lo que me gusta
    
    Se arrodilla en el suelo ante mí, sujeta con su mano izquierda mis bolas, que en ningún momento ha dejado de tocar, acariciar y apretar, con la derecha coge la tranca, que inmediatamente dirige hacia su boca abierta. Se la mete mirándome a los ojos, respirando fuerte por la nariz, haciendo ruiditos chascando con la lengua, como si estuviera tomando su bebida preferida, y rápidamente, tras darle al capullo media docena de lametones bien ensalivados, ...
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