1. La vecina madura de mi abuela


    Fecha: 06/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Sconvix, Fuente: CuentoRelatos

    ... no le valieron, ni siquiera el hecho de que estuviese manteniendo una relación estable actualmente. Casi sin pensárselo, o eso creo, metió su mano de forma inclinada dentro de mi bañador y comenzó a masturbarme otra vez, sólo que de forma distinta. Un minúsculo grito escapó de mis labios y ella me besó profusamente para callarlo.
    
    Terminó por bajarme el bañador, yo le dije que mi abuela estaría al venir pero ella negó con la cabeza y afirmó diciendo: "Cada vez que tu abuela va al baño tarda una eternidad, créeme". Entonces se acercó, tanto que su canalillo quedaba bajo mis ojos. Su sonrisa era malévola pero me gustaba, así que esta vez fui yo quien la besó a la vez que la agarraba entre mis brazos. Ella se agarró a mi cintura, unió su cuerpo al mío, me echó contra el borde de la piscina y, allí apoyado, comenzó a frotar su sexo, aún oculto, contra mi miembro desnudo y pasado por agua.
    
    No puedo explicar la cantidad de emociones distintas que pasaron por mi cabeza. Ella estaba allí, el objeto de mi deseo, frotándose suavemente al principio y posteriormente con mayor celeridad. Disfrutaba como la primera vez, casi con miedo e inexperimentado. Era un roce cuantioso y lleno de pasión, el tacto de aquella tela estaba por volverme loco. Mis gemidos se hicieron cada vez más pronunciados, pero ella, diccionario abierto del sexo, giraba mi rostro y lo encaraba hacia el suyo para volver a besarme y así acallar mis casi lamentos de placer.
    
    En una de sus acometidas, de las más ...
    ... lentas hasta entonces, eyaculé dentro de la piscina, permitiendo que el semen se esparciera en la misma y se perdiese entre el agua. Tras unos roces más para calmarme se apartó. Me lanzó un dulce beso y se aproximó a la zona profunda de la piscina. Por mi parte me subí el bañador e hice como si nada hubiera sucedido (como diría Pynn: "Gran don de los jóvenes"). Lo cierto es que mi abuela tardó aún más de lo necesario en llegar. Pero bueno, por ahora estaba bien, hubiera preferido más tiempo pero pienso que ella había marcado los suyos propios, ¿acaso me estaba preparando para algo?
    
    Mi pregunta no iba a tardar demasiado en recibir respuesta. Un día más tarde (sábado) mi abuela me anunció que esa noche, como despedida, íbamos a ir a una fiesta, allí me presentaría amistades suyas y de mi difunto abuelo y que, con algo de suerte, daría con alguna joven de talante y porte distinguidos. Fue entonces cuando recordé a mi amada, que muy probablemente estaba en su casa, esperando noticias mías. Lamento lo que hice pero me llamaba demasiado la atención como para no hacerlo.
    
    Mi intención era no volver a ver aquella mujer, y si para ello debía abortar mi plan pues mucho mejor, así abandonaría la hipocresía que hasta entonces me inundaba. Qué decir... nuevamente tuvimos que encontrarnos. Por la mañana mi abuela quiso llevarme de tiendas, yo insistí en que llevaba ropa de fiesta si era eso lo que pretendía comprarme; no importó, ella quería hacerme ese regalo y no me quedó más remedio ...
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