1. Papito (II) by Francesca Duval


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Así que salimos del pueblo y después de ocultarnos toda la noche y dormir en nuestro refugio, por la mañana, salimos antes de que amanezca, y nos dirigimos hacia otro pueblo, que quedaba cerca del nuestro. En mis bolsillos llevaba los ahorros robados á mi madrastra, y que ella ocultaba en una lata en la cocina, y el dinero que yo había logrado juntar de las ventas de dulces. Caminamos casi todo el día, solo nos deteníamos para que mi hermanita descanse, ó haga sus necesidades fisiológicas, por la tarde, casi anocheciendo llegamos al otro pueblo. Dejé a mi hermanita, oculta en el monte de los alrededores, y entré solo á las callejuelas del pueblito, y en el único almacén que encontré abierto, compré lo que pude de comida, calculando que nos alcanzaría para unos cuatro días. El almacenero me miró un poco raro, pero al ver el dinero que tenía no me dijo nada. Corrí hasta donde estaba mi hermanita, dando un rodeo por si alguien me podía haber seguido.
    
    Después de comer, buscamos un lugar para pasar la noche. Dormimos en una especie de granero, medio derruido, en las afueras del pueblito. Antes de que salga el sol, desperté a mi hermanita, y nos pusimos en camino. Durante tres días caminamos escondiéndonos en el monte, al menor ruido, y al paso de otras personas. Hasta que llegamos á una ciudad, un poco más grande que nuestro pueblo. Caminamos durante el resto del día por las calles desconocidas, hasta que se hizo de noche. Dormimos en medio de un parque, bajo unos arbustos, y ...
    ... por la mañana andamos por todo el pueblo, hasta que dimos con una terminal de ómnibus, mi hermanita muerta de cansada, se durmió sobre un banco de madera, dentro del edificio, y yo compré el pasaje para él pueblo donde vivía nuestro abuelo. El dinero apenas me alcanzó para un pasaje, y solo nos sobró unas monedas para comprar una gaseosa, que la guardamos para el viaje.
    
    Me senté al lado de mi hermana, y la dejé dormir durante toda la tarde. Luego de comer los últimos restos de la comida que nos quedaba, nos dirigimos al único ómnibus que había en la pequeña terminal, y después de hablar con el encargado y contarle que mis padres nos esperaban en ese otro pueblo, nos dejó subir á un ómnibus viejo y destartalado, solo que mi hermanita, se sentó en mi falda la mayor parte del viaje, ya que nos pertenecía un solo asiento, á ratos yo lo hice parado, en el corredor del ómnibus, cuando no estaba muy lleno y había lugar como para que me pare por un rato, ya que la gente viajaba hasta con sus animales y por tramos cortos, mi hermanita aprovechaba de dormir cuando le dejaba para ella sola el asiento. Después de un viaje de más de ocho horas y múltiples paradas, para que baje y suba gente llegamos a un lugar donde no habían más de 20 casas. Este era el pueblo de mi abuelo. Después que el chofer gritara el nombre del pueblo, y de bajarnos del Bús, caminamos por la única calle del pueblo, hasta que una señora anciana, nos explicó donde vivía mi abuelo.
    
    Eran las primeras horas de una ...
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