Mi tía me sedujo II
Fecha: 08/03/2019,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... verdad que sí y cualquier mujer sería afortunada al tenerte. Eres amable, eres tranquilo, noble. También eres muy guapo y eres genial en la cama. Pero, no sé qué pretendías al decirme que estabas enamorado de mí. ¡De tu propia tía!
—Pero…
—Mario – me interrumpió – Lo nuestro no puede seguir. Quizá ahora es fácil decir todas esas cosas. Pero, créeme, lo sé por experiencia, esas cosas derivan y se convierten en algo más. Tú aún eres joven y tienes toda una vida por delante. Lo que sientes y lo que yo siento por ti…
—¿Qué es lo que sientes por mí? – le pregunté mirándola a los ojos
—Yo también te amo Mario… yo también estoy enamorada de ti – me soltó con una mirada sincera y al borde de las lágrimas – Pero esto no nos va a llevar a ningún lugar bueno…
Me tomó de la mano y me besó tiernamente. Por alguna razón, sentí que la conversación estaba terminada. Era implícito un silencio para meditar las cosas. Hicimos el encargo de las tortillas en silencio y justo cuando estábamos en la puerta, antes de entrar me susurró “actúa normal. Nadie se debe de dar cuenta. En la semana te llamo. Te extraño” y sin más entró.
Y así entre charlas fugaces y encuentros mínimos, pasaron 6 meses. Meses en los cuales no recibí ni una manuela (expresión mexicana referente a la masturbación) por parte de mi tía. Y, por inverosímil que parezca, no podía sacarla de mi mente.
A raíz de aquella conversación, mi mente voló y voló lejos. Cada pensamiento que tenía, tenía que ver con ella. ...
... Mi tía, por su puesto, tenía razón en todo lo que me había dicho; no podía negar eso. Sin embargo, no podía dejar de pensar que hubiera una manera de lograr estar con ella. Y, observando la televisión, me surgió una buena idea de una excelente serie gringa.
Yo traté de acercarme a mi tía. La busqué, la llamé, incluso la intentaba atrapar en aquellas reuniones familiares en las que apenas me dejaba manosearla. Pero me dí cuenta de que, quizá, lo mejor no sería seguir insistiendo. Posiblemente a algunos les parezca repulsivo y me tachen de ser un pésimo hombre, pero bien dice el dicho: “en la guerra y en el amor, todo se vale”.
Ella, hasta cierto punto, me lastimó. Quizá no conscientemente, pero lo hizo. Su distancia, su indiferencia y el hecho de saber que ella sentía el mismo sentimiento y el mismo deseo, pero no hacer nada, me frustraban a niveles que no conocía. Así que, le devolvería el golpe. Pero sería un golpe bajo y en donde más le doliera: en su orgullo y en sus celos.
Si ella no me quería cerca, estaba bien. Ahora sería yo quien la atraería hacia mí. Claro si mi plan funcionaba… pero, ¿saben algo?, funcionó.
Me di a la tarea de conseguirme de nuevo novia. Y sencillamente fue demasiado rápido e inesperado. A las dos semanas de pensar en esta idea, recibí una llamada de mi ex: Angélica. Para no hacer el cuento largo, regresé con ella. Y curiosamente estaba matando muchísimos pájaros de un solo disparo, porque… siendo honestos, Angélica era mi novia. Fuera ...