1. Desafío de galaxias (capitulo 49)


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... así porque me gusta hacer guarrerías contigo, es una palabra muy acertada: ¡guarra! —respondió tumbándose sobre ella y besándola.
    
    — Sabes a chocho.
    
    — ¡Joder! Sabré al tuyo.
    
    Ya había pasado cinco días desde el devastador ataque de la Alborán. Marisol trabajaba en su despacho con Hirell y Sara, su asistente, en el papeleo cotidiano. Anahis se encontraba de viaje a Jairo para entregar los planes de batalla a Esteban y Bertil; eran muy importantes y Marisol no se fiaba de las comunicaciones y a causa de la falta de noticias del Alborán, ella no se podía mover de Mandoria.
    
    —Creo que sé lo que planea Aurre, —dijo Marión entrando en el despacho y activando la pantalla que había en la pared— como ya sabes, hace días que se están concentrando naves fuera del Mar Angosto, pues en el último recuento salen casi mil.
    
    —Si es como dices, espero que no tarde más, esas naves no van a estar ahí toda la vida.
    
    —Sabes muy bien que Aurre sabe lo que hace; y además, casi es tan descerebrada como tú, —Marisol frunció el ceño mientras Sarita e Hirell se reían.
    
    —¡Mira!, hoy está graciosilla. Últimamente te veo muy suelta.
    
    —¿Qué ocurre, no te gusta que me meta contigo?
    
    —¡Para nada! Me encanta que te metas conmigo, doy saltos de alegría cuándo te metes conmigo.
    
    —¡Genial! Vete acostumbrando.
    
    —Hirell, ten cuidado cuándo duermas con ella: hemos despertado a la bestia.
    
    —Pero que payasa eres…
    
    —Te lo he dicho muchas veces, —dijo Marisol achuchándola— payasa no, ...
    ... payasita.
    
    —Menuda imagen que das, anda, que si te vieran.
    
    —¿Sabes lo que te pasa cariño? Que todavía te queda un poco de la reverenda madre que conocí, te cuesta mucho trabajo abrirte a nosotros, tus amigos.
    
    —Eso no es cierto.
    
    —Ya lo creo que es cierto. El único que te ve como realmente eres es Hirell… mejor dicho, al único que enseñas como eres realmente, es a Hirell. Claro, que a lo mejor hay que echarte un polvo, —Marión intentó zafarse del abrazo de Marisol—. ¡Tranquila! Que no te voy a echar nada, principalmente porque si me pilla Anahis metiendo la nariz donde no debo, me pega una hostia que me cago.
    
    —¡Joder Marisol! Eres incorregible, —la regaño liberándose del abrazo.
    
    —Si ya te he dicho que no te voy a meter mano, —dijo Marisol guiñándole un ojo con disimulo a Hirell y Sarita—. ¿Sabes que? A ver si un día nos vamos a mi pueblo, y salimos todos de cuchipanda.
    
    —¿cuchipanda? ¿Qué es eso? —preguntó frunciendo el ceño con desconfianza y provocando las risas de los demás.
    
    El Alborán permanecía oculto en la caverna del cráter, pero ya por poco tiempo.
    
    —Capitán, la sala de maquinas informa de que todo está preparado.
    
    —Quiero todos los sistemas de armas listos antes de salir de aquí.
    
    —Silos activados y listos para el disparo.
    
    —Torpedos preparados para disparar en dos descargas.
    
    —El exterior está despejado, no hay presencia enemiga cercana.
    
    —Muy bien, pues vámonos. Papa, sácanos de aquí, avante un cuarto, despacio hasta el borde y parada ...