1. Desafío de galaxias (capitulo 49)


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... total.
    
    —Avante un cuarto, capitán.
    
    —Estamos fuera. Doscientos metros para el borde.
    
    —Parada total. Estamos en el borde.
    
    —Papa, sácanos fuera. Rumbo 676335. Avante a toda maquina. Activen comunicaciones y manden una señal al Cuartel General.
    
    —Rumbo fijado y a toda maquina.
    
    —Distancia trescientos mil kilómetros.
    
    —Establecida comunicación con el Cuartel General.
    
    —Abriendo portones, liberen silos.
    
    —Todos los silos listos para el disparo, capitán.
    
    —Nos han detectado.
    
    —Distancia doscientos mil kilómetros.
    
    —Silos Delta: ¡fuego!
    
    —Disparo efectuado: doscientos cincuenta pájaros en rumbo.
    
    —Todo a estribor a toda maquina. Nuevo rumbo: 676439.
    
    —Rumbo fijado y a toda maquina.
    
    —Varias naves enemigas nos persiguen.
    
    —Los Deltas han lanzado todas las cabezas. Treinta segundos para detonación.
    
    —Listos para disparar torpedos: todos los tubos, descarga total.
    
    —Torpedos a su orden capitán.
    
    —¡Fuego!
    
    —Todos los torpedos han partido.
    
    —Cierren portones, refuercen escudos de energía. Papa, vira a babor y enfrenta al enemigo. Activen defensas automáticas y baterías principales.
    
    —Portones cerrados.
    
    —Virando a babor.
    
    —Energía de reserva a los escudos.
    
    —Defensas ...
    ... activadas.
    
    —Baterías: blanco fijado.
    
    —¡Fuego! —las dos baterías comenzaron a disparar a ritmo continuo mientras las defensas interceptaban los disparos enemigos.
    
    —¿Cómo van los torpedos? —preguntó Aurre sujetándose a causa de las sacudidas.
    
    —A treinta y cinco segundos del Mar Angosto.
    
    —Listos motores de salto. Preparados para abrir vórtice.
    
    —Motores de salto preparados.
    
    —¿Cuántas naves llevamos detrás?
    
    —Tres, muy juntas y aproximándose.
    
    —Papa, —dijo Aurre acercándose a su padre y poniéndole la mano en el hombro—. ¿te acuerdas de aquello que hacías cuándo yo era pequeña que me gustaba tanto? Un giro completo con motores en reversa.
    
    —Hija, lo hacia con la nave familiar y cuándo tu madre no estaba, no con una caja de medio millón de toneladas.
    
    —Es lo mismo, tú puedes. Hazlo, y cuándo pasen de largo, abrimos vórtice y saltamos.
    
    —Los torpedos están dentro y navegando en impulso.
    
    El padre realizó la maniobra, que resulto bastante brusca, y como había ordenado la capitán, abrieron vórtice y saltaron, está vez sí.
    
    Aurre se inclino hacia su padre y le beso en la cabeza mientras le acariciaba el cuello.
    
    —Sabía que podías hacerlo.
    
    —¿No lo hueles? Creo que me he cagado.
    
    —¡Qué exagerado! Anda, llévanos a Mandoria 
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