Mi dueña Karla - Relatos Eróticos

Mi dueña Karla

... apoyado en sus hombros, mientras le sacaba y metía mi bicho en el culo, era un espectáculo digno de presenciar, yo soy blanco, pero no tanto como ella, violando un culo blanco como la nieve. Le metía mi paquete hasta el fondo, para hacer presión sobre la cabeza de mi verga, mientras le jalaba el cabello, ella solo gritaba.
Yo: "A ti que te gusta gritar, date gusto, grita todo lo que quieras"

De pronto mis manos resbalaron de sus hombros, tenían tanto sudor, que solo resbalaron, por lo que literalmente caí encima de ella. Todo el peso de mi cuerpo lo resintió ella, así que le rasgué una de las paredes anales con mi bicho.
Karla: "¡Ahhhhhhhh, Ahhhhhhhhhhhhhhhh!"

Yo por mi parte no tenia la intención de retirarme y cambiar de posición, ya que sentía divinamente mi bicho en esa posición. A ella le dolía mucho.
Karla: "Ya sácala, por favor!, ¡Te lo suplico!"

Así estuve un buen rato hasta que se me cansaron las rodillas, entonces la saqué por una fracción de segundos para volverla a meter nuevamente. Prácticamente me senté en su culo y comencé a cabalgarla brutalmente. Mi bicho estaba lleno de sangre, y a ella le salía un poco del culo, seria por aquello del desgarro, creo.
Yo: "¡Esto te pasa por vestirte como puta!, ¿Quien te manda a provocarme? ¡Esto es lo mínimo que te mereces, te doy el trato que debes recibir como la puta que eres!"

Yo ya sentía que en cualquier momento me venía, hace que justo en aquel momento me dejé caer sobre su cuerpo como hacia un rato, ...

... pero ahora adrede. Inundundé su culo con mi leche caliente dentro de ella. Saqué mi bicho para ver como había quedado su culo, que emanaba sangre y leche a la vez, fue una imagen que nunca olvidaré. Yo por mi parte me paré de la cama y le metí mi bicho lleno de sangre y leche por la boca. Le di por ahí hasta que eyaculé de nuevo.

Busqué mi camisa y bebí par de energizantes, mientras recuperaba fuerzas para otra embestida. Al poco rato le volví a dar por el culo dos veces más. La presión de mi cuerpo contra el suyo hizo que le sangraran las marcas que le habían dejado los cinturonzazos, así que para no marcharme demasiado de sangre decidí dejarla en paz, no sin antes limpiar un poco con una Kotex que siempre llevo conmigo cuando voy a violar a alguien.

Terminé de fotografiarla bañada de leche caliente y me vestí, ya eran casi las 7:00am. Antes de irme la empecé a escupir por todo el cuerpo mientras le decía:
Yo: "¡Ahí te dejo puta, para mi ya no vales nada, perra barata, prostituta!"

Le escupí el culo y le di una nalgada muy fuerte. Ella dio un grito, pero no muy alto, estaba tranquila con la noticia de mi partida. Tomé toda su ropa y me la llevé, le tomé la cabeza, le di un beso y le dije:
Yo: "Me avisas cuando nazca la criatura para que nos casemos. ¡Espero no lleves vestido blanco, siendo tan puta te verías ridícula!... Y espero que tus madrinas de honor tengan buen cuerpo, tengo par de amigos míos que la quieren fornicar hasta lo último, uno de ellos te la va ...