Por la grandísima culpa de mi culo, debuté - Relatos Eróticos

Por la grandísima culpa de mi culo, debuté

... no deprisa y en un momento dado me exigió: - Pídeme la leche, pídelo con esa voz de zorrita putona.
- Dame leche, por favor, lléname de leche. Quiero leche en mi culo
Le pedí con un tono afeminado y llegó al orgasmo dentro de mí. Sentí como me mojaba por dentro y como su lefa se escurría por fuera también.
Entonces me soltaron, me pude incorporar pero ellos me pusieron boca arriba. El joven me advirtió que era su turno. Los otros alzaron mis brazos por encima de mi cabeza, sujetándolos. El otro alto sin barba me limpió con mi ropa interior la lefa de mi culo y volvió a meterme los dedos haciendo círculos.
- Que no se cierre, que si no luego cuesta más meterle la polla y no disfruta... Es mejor que le guste, ya verás que así no dice nada...-dirigiendose a mí, me guiñó un ojo-: ¿A qué guardas el secreto, bombón?
- Sí -contesté yo mientras el jovencito doblaba mis rodillas y las separó hacia la izquierda y derecha y él se mantenía en medio de mis piernas. Vi cómo desapareció en mi culo su polla y se dedicó a darme con los ojos cerrados, sin mirarme a la cara. Pero fue muy deprisa y con vaivén brutal, de impacto seco. Tardó muy poco y se corrió. Echo todo su cuerpo sobre mí y estuvo unos segundos. Levanto mis piernas, las juntó con las manos y se puso las dos al hombro. Siguió penetrándome hasta que su polla perdió rigidez y me lo sacó.
- ¿Te gustó, princesa? - me preguntó dulcemente, mientras con la mano acariciaba su polla y con la punta me esparcía su leche alrededor ...

... de mi raja; leche recién salida de su miembro largo y delgado como él. Yo respondí afirmativamente con un ademán de cabeza. Moviendo la barbilla deprisa, nervioso y sonrojado por la vergüenza de que un hombre más joven que yo me hubiera tratado como su juguete sexual.
Faltaban dos, pero el cuarentón canoso me miró el culo y dijo que no le gustaba meterla en donde otros habían dejado ya tanta leche o algo así. Así que el otro alto me empujó, me estiró de la camiseta y me hizo levantarme. Una vez de pie contra la pared, se puso delante de mí y me dijo que por propia voluntad me diera la vuelta y le ofreciera mi culo. Añadió:
- Podríamos haberte violado con brutalidad y mira, lo hemos hecho con cariño, con cuidado. Ha empezado a petarte el culo el que la tenía más pequeña...
- Oye, ¿qué hablas eee? Sin pasarse con lo que cuentas - intervinó el aludido. El otro siguió explicándome, sonríendo por la interrupción:- Y ahora me toca a mí, nadie tiene por qué saberlo. El día que te bañaste nos enseñaste el culo a todos. Lo estabas deseando. ¿O no te gusta que a todos nos la pongas dura con ese culo que te cargas?
- Sí que le gusta, sentirse observado, ¿a qué sí? - afirmó otro y uno más agregó:
- Claro, esto te iba a pasar tarde o temprano, tener el culo grande y estar a solas con hombres tanto tiempo... No te preocupes que nosotros no diremos nada.
El primero retomó la palabra:
- Venga dame tu culo y haré que te corras como nunca. Date la vuelta y aparta los cachetes con las ...