Horas extras doble vida - Relatos Eróticos

Horas extras doble vida

... necesité que aquella mano que acariciaba mi nalga me diese otro empujón. 

Bajé tras aquella mujer que se encontraba recostada ya sobre una cama. 

Mi polla ya estaba tiesa según bajaba y tomándome a lo de ella comenzamos a besarnos una pasión desenfrenada besaba de maravilla su boca era muy agradable ella misma me dirigió para qué me comiese sus pechos y así lo hice durante un instante sabiendo que mi siguiente trabajo era bajar para buscar aquel tremendo coño. 

Mientras lo hacía me di cuenta que Adolfo se encontraba al lado nuestra justo de pies con su polla en las manos. 

Adolfo. Imagino que no te importará que os vea. 

Comencé a comerme aquel coño tremendo con aquellos aros atados a sus labios vaginales el sabor era fuerte y su flujo incluso. 

Enseguida dio muestras de gran placer retorciéndose la cama hasta que se puso boca abajo abriendo sus largas con ambas manos. 

Adolfo. Quiere que le comas el culo siempre y cuando no te dé asco. 

Por mi edad nunca había practicado aquello ni me imaginaba y sí que me daba cierto reparo pero no sé por qué comencé a hacerlo mientras ahora ella en su boca albergaba aquel pollón que me parecía impresionante por su tamaño haciéndole una mamada espectacular mientras yo ayudado por sus manos y las mías habría que el Gran canal que era su raja de culo buscando su ano.

Aquella mujer bufaba gritaba de placer desenfrenadamente hasta que me pidió que me la follase no sabía cómo hacerlo ella misma se puso boca arriba y ...

... me ofreció toda aquella concha bien abierta mientras se sujetaba las piernas con las manos y besaba su boca se la clave era húmedo caliente y grande aquel coño pero mi polla sentía como aquel coño se contraía para recibirla. 

Sinceramente no aguanté demasiado y me corrí como un niño dando mis últimos apoyados y eyaculando ferozmente. 

Durante varios minutos seguí besándome con aquella mujer hasta que mi polla salió de su coño momento en que ella la cogió con su boca y me la limpio. 

Eva. Anda cariño cómeme el coñito. 

Flipa pensé yo el macho este se va a comer y leche después de haberme follado a su mujer. 

Pude ver toda la operación y estando junto a la mujer esta le ofreció mi flácido pene. 

Al principio me intenté echar para atrás pero ella me agarró fuertemente y este comenzó a chuparme mi polla por increíble que parezca esta comenzó a tener vida propia y en pocos minutos estaba bien dura. 

Eva. Creo Adolfo que tenemos un niño para los dos. 

Adolfo. Yo también lo creo. 

Eva. Mira te habrás dado cuenta que somos liberales y por supuesto él es bisexual le encanta ver cómo me follan otros hombres pero también le gusta los hombres y tú eres un cielo joven guapo lo único que te falta es un buen pollón pero desde luego sabes comer un coño y más lleno de leche sin decir nada. 

En aquel momento me di cuenta de que el coño que me había comido aquel sabor y el espesor de sus jugos era debido a la lefa de Adolfo. 

Yo. Yo no soy gay nunca he estado con ...