-
Ari: Prisionero de Mi Piel V
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: EntreLineas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... en varias posiciones. Cada embestida era un choque de cuerpos y emociones, un incendio que nos consumía. Yo gritaba su nombre, él me reclamaba con fuerza, y en medio del caos sentí que me rompía y me volvía a armar dentro de sus brazos. Cuando finalmente caímos exhaustos, cubiertos de sudor y jadeos, me abrazó con fuerza. Su pecho era una muralla caliente donde hundí mi rostro, aún temblando. Me besó la frente con ternura, como si ese gesto simple fuera más íntimo que todo lo anterior. —Eres mía —dijo en un susurro—. Y yo, me sentía suya mientras me aferraba fuerte a su pecho. Me quedé en silencio, desnuda en su abrazo, sabiendo que esa mezcla de deseo, miedo y ternura era lo que me mantenía viva. Y aunque estaba agotada, dentro de mí ardía la certeza de que esa tensión jamás se apagaría. La habitación quedó en silencio después del torbellino, todo el lugar estaba impregnado del olor a sudor y sexo. Yo estaba tendida en la cama, desnuda, apenas podía moverme, rendida, con el cuerpo agotado y tembloroso. Mis piernas aún no respondían, mi respiración era corta, muda de tanto gemir y sin embargo no podía apartar los ojos de él. Jordan seguía erguido, mirándome como si yo fuera suya desde siempre, como si mi entrega fuera la única certeza que necesitaba. Jordan se levantó sin apuro, sereno, como si todo hubiera ...
... sido parte de un plan cuidadosamente ejecutado. Se vistió frente a mí, abrochando cada botón de su camisa con calma, sin necesidad de hablar. Yo lo miraba en silencio, con los ojos vidriosos, sintiendo un vacío extraño en el pecho: agotada, pero con el corazón latiendo con fuerza. Cuando estuvo listo, se acercó y me tomó del mentón, obligándome a alzar la mirada hacia él. Su sonrisa era oscura, dominante, y su voz un susurro que me atravesó: —Mírate, Ari… cansada, rendida, y aun así deseando más. Sabes que eres mía. Mis labios se abrieron, pero no encontré palabras. Solo un suspiro, una confesión muda de que tenía razón. Yo estaba rota y al mismo tiempo llena, enamorada hasta la médula, atrapada en un lazo que no podía romper. Me besó la frente como si fuera un dueño marcando su posesión, y se apartó sin mirar atrás. La puerta se cerró con un clic suave, dejándome sola en la penumbra. Me abracé a las sábanas arrugadas, todavía oliendo a él. Y en ese momento lo supe: Jordan me tenía. Me tenía por completo. Yo era suya, estaba enamorada de ese niño de 19 años de ese macho 6 años menor que yo… y aunque él se hubiera ido, su dominio se quedaba conmigo, grabado en cada rincón de mi piel. Jordan no solo me tomó: me transformó. Después de esa primera vez, ya no fui la misma marcando un antes y un después en mi vida.