-
Ari: Prisionero de Mi Piel XVII
Fecha: 06/11/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: EntreLineas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... burlon. Más tarde, ya vestido con una bata corta y unas medias hasta las rodillas, preparé el desayuno. Jordan, en boxer, se sentó a la mesa como si fuera el dueño de la casa. Yo me movía nerviosa entre la cocina y el comedor, consciente de cómo me miraba, de cómo su mirada recorría mis piernas descubiertas. —Eso… camina así… —dijo con voz burlona, haciendo que me sonrojara—. Pareces una esposa obediente. —N-no digas eso… —murmuré, sirviendo los platos. Él se rió, estirando la mano para darme una palmada fuerte en el trasero. Grité bajito, llevándome la mano al lugar del golpe. —Me encantas cuando te pones así, toda tímida… —añadió. Y justo en ese momento, escuché el ruido de la puerta. Mi corazón se detuvo: era mi madre. Corrí a cubrirme un poco con la bata, pero Jordan no se movió. Se quedó sentado, confiado, como si no le importara ser descubierto. —Hijo, ya estoy en casa… —llamó ella desde la sala. Yo fui a recibirla, nerviosa, con el rostro encendido. —M-mamá… llegaste temprano… Ella me miró extrañada, con esa mirada que todo lo sospecha. Luego, miró hacia la mesa y alcanzó a ver a Jordan de espaldas. —¿Y ese no piensa irse? —preguntó con voz cortante. — Si ya se va mama, sintiendo cómo me temblaban las piernas. Jordan se giró despacio, con esa sonrisa arrogante, y saludó con la mano. Mi madre frunció el ceño molesta. —¿Qué hace en boxer en mi casa? —me preguntó, mirándome fijamente. Me quedé mudo. No sabía qué responder. Jordan se levantó, se acercó ...
... a mí y me abrazó por la cintura, apretándome contra él, como marcando territorio. —Tranquila, suegrita. Ahorita me visto. —dijo, riéndose. Yo cerré los ojos con fuerza, Jordan me besó en el cuello delante de ella, y yo gemí bajito, incapaz de contenerme. El resto del día fue un tormento. Cociné para él, me paseé por la casa en mi bata, sentía la mirada acusadora de mamá clavada en mí. Por la tarde, Jordan me arrastró otra vez a la habitación. Cerró la puerta con llave y empezó hacerme el amor. Al final, exhausto, terminé dormido en sus brazos. Desperté otra vez con la sensación de que no había vuelta atrás. Jordan estaba a mi lado, durmiendo, su brazo grande sobre mi cintura, y yo sentía cómo su respiración marcaba mi pecho. Me giré lentamente para mirarlo, todavía aturdido por la intensidad de los últimos días. —Buenos días, muñeca —dijo con su voz grave apenas abrió los ojos—. Hoy quiero hablar de algo importante. Sentí un escalofrío recorrerme. Siempre que decía “importante” me preparaba para algo que me haría temblar, no solo de placer sino de miedo y emoción. —¿Q-qué cosa? —pregunté, tratando de sonar indiferente, aunque mis piernas temblaban debajo de la sábana. —Quiero que compres un departamento para nosotros. —dijo como si fuera la cosa más natural del mundo—. Uno solo para los dos. Así no incomodaremos a tu madre. Mi corazón se detuvo. Quería decir que no, que eso era demasiado, que era una locura… pero su mirada, penetrante, me paralizó. Sabía que podía ...