Ari: Prisionero de Mi Piel XIX - Relatos Eróticos

Ari: Prisionero de Mi Piel XIX

Desperté con la luz del sol entrando por las cortinas delgadas. Por un momento no supe dónde estaba. El techo era distinto, las paredes también. Me tomó unos segundos recordar que ya no estaba en la casa de mi madre… que ahora vivía aquí, con él.
Jordan aún dormía a mi lado, medio cubierto por las sábanas. Su respiración era lenta, profunda. Lo observé en silencio. Tenía esa expresión tranquila que pocas veces mostraba despierto. Cuando estaba así, parecía inofensivo, casi dulce. Pero yo sabía que detrás de esa calma había algo más fuerte, algo que me atraía y me asustaba al mismo tiempo.

Me incorporé despacio. Sentía el cuerpo pesado, no solo por el cansancio físico por hacer el amor toda la noche, sino por todo lo que había pasado. Era como si cada decisión que había tomado pesara sobre mis hombros.

Fui a la cocina, aún medio desordenada. El eco del lugar vacío me hizo sentir pequeña. Puse a calentar agua y busqué las tazas entre las cajas. En una esquina encontré mi celular con varios mensajes de Camila:
“¿Cómo estás?”
“¿Te trató bien?”
“Tu mamá sigue preocupada…”
Los leí sin responder. No sabía qué decir. No podía decir que todo estaba bien porque las extrañaba, pero tampoco quería preocuparla más.

—¿Ya estás despierta? —la voz de Jordan me sacó del trance. Estaba apoyado en el marco de la puerta, despeinado, con una sonrisa cansada.
—Sí… quería preparar café —respondí.
—Te ves muy rica Ari —dijo mientras se acercaba y me rodeaba con los brazos desde ...

... atrás—. Que suave y tersa es tu piel, que ricas nalgotas mi amor, sientes como se me puso.
Sonreí débilmente.

—Hay Jordan eres insasiable, me vas a terminar matando de placer.
—Claro que sí —dijo riendo.

Nos quedamos un rato así, en silencio. Sentía su respiración tibia sobre mi cuello y me aferré a esa sensación de calma que tanto necesitaba. En ese momento Jordan me puso contra la pared y me empezó a besar y chupar mi anito, yo empecé a gritar desesperada… 

—Hay miiii amor, hay hay hayyy, te amo mi vida, soy tuya para siempre mi amorrr.
Jordan me empezó a penetrar muy fuerte, estaba como loco, me estuvo asiendo el amor toda la noche y aun así tenia muchas ganas, sus envestidas eran descomunales sentía que en cualquier momento me partiría en 2, yo solo gritaba y gemía fuerte su nombre, estaba en otra dimensión, me estuvo bombeando como por 15  minutos en esa posición hasta que sentí que me inundaba por dentro, yo estaba en trance pero aun así por instinto me arrodille para limpiarle todo su miembro con m lengua, después Jordan me cogió de la cabeza y me dijo esta bien chiquita ahora si prepárame el desayuno que tengo hambre, yo sonreía toda sumisa.

Después del desayuno, pasé toda la mañana ordenando nuestro departamento, barriendo, acomodando sus cosas, doblando su ropa que había dejado tirada. Jordan se había ido con la excusa de que tenía que terminar unos pendientes y, sin más, me dejó sola.

La casa se sentía vacía sin su voz, sin su desorden. Intenté ...