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Hailey: La enfermera de vampiros (III)
Fecha: 08/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: AllenNilsen, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... animales apenas salían de sus madrigueras y la fogata era insostenible con el viento. Christofer volvía a padecer el frío, pero lo que más le sorprendía era no haber sido atacado por ningún vampiro; no esperaba que el bosque fuera tan seguro. Christofer sentía su progreso volver a cero desde que llegó a la ciudad. Había prometido no volver con Hailey, pero también sabía que no sobreviviría sin todo lo que había dejado en la clínica. Tomó una decisión: volver, pero volver en el horario en el que sabía que Hailey solía salir a buscar heridos; su plan era tomar las cosas e irse. Sabía que Owen podía estar ahí, pero no le importaba cruzárselo. Llegó, casi congelado, a esa tétrica mansión camuflada como clínica y se apresuró a entrar cautelosamente. La entrada, como siempre, abierta. Se sacudió la nieve y caminó por el pasillo. Pasó por la cocina y los platos seguían ahí, el desorden era el mismo; el ajo aún en el suelo y la estaca clavada al techo. Todo el interior estaba demasiado oscuro y silencioso; Christofer podía oír el crujido de la madera respondiendo a las pisadas de sus botas, y el viento aullar afuera. Abrió puerta tras ...
... puerta para ver si había alguien, pero cada habitación estaba vacía; sólo muebles viejos y una cama en cada una. Finalmente llegó a su viejo cuarto y, entre las sábanas, encontró su manta de piel, pero no su abrigo; lo buscaba por todas partes, pero no estaba. Salió del cuarto y la puerta de en frente, la de Hailey, se abrió con una brisa helada, como si fuera una puerta al exterior. Entró y se encontró de frente a la escena: la cama desordenada y la ventana totalmente destruida, con pedazos del marco roto colgando de clavos viejos. Christofer se quedó paralizado: —No… Se acercó tambaleando, desesperado, y se asomó por la ventana: profundas y pesadas huellas seguían marcadas en la nieve, trazando un camino con tal separación entre cada pisada que era imposible que fuera un rastro humano. El viento de a poco las borraba, y en minutos desaparecerían. Christofer se envolvió con la manta y se lanzó por la ventana. Cayó con un golpe sordo en la nieve profunda, el frío le mordía las piernas hasta los huesos, y el aliento escapaba en nubes blancas. Se quedó de rodillas unos segundos, pero tomó el coraje de levantarse y comenzar a correr.