1. Verónica, una lectora que se convierte en uno de mis relatos - Parte 2


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Gays Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... especialmente si es la primera vez. Ella que me conoce a través de mis relatos y sabe que es mi siguiente movimiento me dice: Tony, quiero que me des así, en esta posición. No sé si es una rebeldía de su edad o simplemente porque le excita verme a través del cristal del espaldar de la cama, pero en realidad pensaba esa posición en consideración a lo pequeña que es, y bueno, si en realidad mi verga no es de las más grandes, muchas mujeres me han dicho que es bastante gruesa. La realidad que la posición de perrito es una escena de por si rica de tener a disposición, y estoy seguro que en diez minutos me vendría fácilmente en el culo de Verónica si este fuera el único palo del día, pero por suerte sé que tengo dinamita para durar hasta que ella quiera, pues en las últimas horas, ya le he descargado dos ricas eyaculaciones en su panocha y rica boca.
    
    Le meto mi verga cuidadosamente en su panocha y Verónica solo jadea profundamente. Mi verga queda bien lubricada con los jugos vaginales, su culo está bien lubricado con mi abundante saliva que le he dejado, y comienzo con la faena de desvirgar este precioso culo. Verónica por su tamaño es bien reducida y ahora entiendo el por qué ella misma no se pudo meter un consolador que lo describió más pequeño que mi verga. Debo dilatar su esfínter un poco más con mis dedos. Aquello me toma otros minutos y se que Verónica a pesar de dolor que sabe puede sentir, ella quiere sentir mi verga en lo más profundo de su ano. Sé que lo desea, pues ...
    ... me lo ha dicho al oído cuando nos comíamos a besos.
    
    Es maravilloso ver como mi glande desaparece en aquel pequeño orificio y presionado por sus nalgas. Verónica se ha quedado callada, pero no se queja del dolor. No sé si se hace la valiente o aquella terapia de asociar el dolor con el placer está funcionando, pero la mayoría de mujeres siempre expresan incomodidad o dolor a este punto de la acción. Puedo ver el rostro de Verónica a través del cristal del espaldar de la cama, pero su expresión es de relajación y excitación, pues tiene fruncido los labios como si me quisiera comer a besos. Aun así, detengo mi movimiento esperando que Verónica asimile el grosor de mi glande. Pasa un minuto sin mucho movimiento y para mi sorpresa es Verónica la que vuelve a preguntar: Tony, ¿te gusta mi culo? – le he contestado que esta delicioso y ella me mira con esa mirada mágica de la seducción y me sugiere como si me lo dijese al oído diciendo: Cógeme, cógeme con todas tus ganas.
    
    Aquello fue como ese olivo que se le echa a un Martini y creo que Verónica espera sentir toda mi verga adentro de su culo para considerar que como aquella bebida, sin su olivo no estaba completo. Le he sumido los veinte centímetros al pequeño culo de Verónica, y fue hasta ese instante que dio un gemido de dolor, pero que lo recibió con grande excitación. La tenía tan trabada y ese morbo que hace ver ese culo divino volvía a llegar, era esa sensación prohibida de estar cogiendo con una niña.
    
    Quise de alguna ...