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La roja, la rojita y la chochona
Fecha: 18/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... abría y se le cerraba la vagina. Saque la polla, Luisiño, le dio la vuelta. La Rojita, boca arriba, abrió las piernas y me dijo: -No me metas más que la puntita. Quise meterla, pero no entraba ni la puntita ni nada. Aquello era como querer meterla en un dedal. Se lo volví a comer... La Rojita ya estaba desatada. -¡Rómpeme el coño, rómpemelo! Se la puse en la entrada, empuje y entro la cabeza, y sí, algo se debió de romper, ya que la Rojita, chilló: -¡¡Ayyyyyyyyyyy!! ¡¡¡Quitala, quitala!!! La saqué, pero no vi nada de sangre. Se la volví a comer, y al ratito se puso cómo loca. -¡¡Métela toda!! -Te va a volver a doler. Luisiño, acariciando las tetas de la Rojita, estaba perro, más que perro, estaba cómo un lobo en celo. Me dijó: -¡Métesela, carallo, desvírgala, si no la desvirgas tú la desvirgo yo! La levante cogiéndola por sus peludos sobacos, la Rojta rodeó mi cuello con sus brazos. La besé, y le dije: -Metela tú. Cogió mi polla con una mano, metió la puntita y volvió a rodear mi cuello con los dos brazos... Rodeando mi cuerpo con sus piernas la iría metiendo poquito a poco. Le debió doler una cosa mala, ya que a veces sentía como rechinaban sus dientes, y otras, los ojos le lloraban con ganas. El caso fue que la metió hasta el fondo y después continuó con un suave mete y saca. Luisiño, no se la podía meter en el culo, ya que si lo hacía la rompía, pero el cabronazo quería su parte del pastel y le comió el culo y le frotó la polla ...
... contra el ojete mientra la Rojita follaba mi polla. Pasó un tiempo entre los quejidos y los gemidos, y otro aún más largo hasta el momento que le dijo a Luisiño. -¡Métemela en el culo, Luís! Luisiño no se lo pensó dos veces. La clavó. La Rojita, al sentir la polla entrar en su culo, temblando, se comenzó a correr. Vi la cara de mi amigo al correrse, era de felicidad plena, y vi la cara de la Rojita, ahora si que estaba roja, tenía la cara roja como un tomate y los ojos en blanco. La saqué y me corrí sobre la hierba. Aquel fue uno de los mejores polvos que eché en mi vida. LA CHOCHONA Seis meses más tarde, y con un buen dinero agachado en un muro, me encontré a Luisiño en la fuente. Él estaba bebiendo, yo iba a buscar un cubo de agua. Me dijo: -Hoy toca follar con mi tía. -¡No jodas! Después de lo que llevo follado no le pago a tu tía por hacerlo. -Es para recompensarla. No lo había entendido. -¿Qué de qué? -Que ella es el cerebro del que te había hablado. Nos vamos de la aldea y quiere su recompensa. -¿Tú la vas a follar también? -¿Piensas que es mucha mujer para ti solo? -Joder, una buena bicha es, y una cosa es correrme yo, y otra hacer que se corra ella. -En eso tienes razón. No te preocupes, no le llega uno solo. Comenzó a llover en el mismo instante que entramos por la puerta de la casa de la Chochona. Entramos y Luisiño le pasó la tranca a la puerta. La bicha estaba en la cocina, una cocina de piedra que desprendía un ...