Cuernos por venganza. Lola se cobró la infidelidad del marido, con su vecino
Fecha: 13/05/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... das una idea de cuánto quiero vengarme del infiel y crápula de mi marido, darle de su propia medicina y… qué medio más propio que hacerlo con mi vecino, que seas tú el que pueda tener estas carnes que me dices con los ojos desear tantas mañanas. De ese modo puedo matar dos pájaros de un tiro, hacerle pagar a ese gran hijo de puta su afrenta de haberme corneado con mi amiga y al mismo tiempo cumplirse una secreta fantasía, hacerlo con otro hombre, le entregué mi virginidad y solo hice el amor con él.
Siempre hay un momento para todo, lo importante es estar en ese preciso instante, ¡ahí y ahora!, si el que está es uno cuanto mejor.
—Necesito un tiempo... para ordenar mis pensamientos y serenar mis sentimientos…
—Todo lo que necesites… no hay prisa, puedo estarme esperando todo lo que necesites. Pedí otros dos whiskies, tenemos toda la mañana y si no se da, tengo la promesa de lo mejor estará por llegar…
—Gracias, gracias. —me besó en la mejilla, gesto de ternuroso agradecimiento. Un “piquito” en los labios como para firmar y confirmar sus dichos.
Recostados sobre la cabecea de la cama, solo con prendas interiores, compartiendo la segunda ronda de un buen escocés con hielo. El llanto asoma al balcón de sus ojos color miel, buscó el asilo de mi pecho, dócil, se deja contener entre mis brazos, en esta postura habla mientras termina de beber.
El licor, la contención y el calor del pecho masculino le dan el cobijo necesario, para bajar la guardia, dejarse ...
... acariciar. El lloriqueo se va esfumando, el calor de los mimos prodigados, van entonándola, el fervor interior va expandiéndose y trepando, la espiral de excitación sube y crece sorprendiéndola, cambia timidez por osadía, pudor por deseo, cayendo vencido el último de los obstáculos, expedito el camino hacia el triunfo del pirata.
La caricia bucal humedece y entibia su cuello, cumple el efecto deseado, casi todas las mujeres sucumben a los besos en esa zona altamente erógena y receptora del deseo. Avanzo con fe ganadora, ansiosa de contención se deja conducir por los insondables vericuetos de la lujuria, enredarse en la realidad de sus propias fantasías. Giró la cabeza, los labios se encontraron, las lenguas suman intimidad al beso profundo, es la llave que abre las puertas de mi deseo y su venganza. Los besos se vuelven atrevidamente obscenos y deseablemente impúdicos, el cuerpo es terreno fértil, la semilla del deseo germina, se transforma en pasión descontrolada, el dique pasional desborda el deseo descontrolado inundando los cuerpos ardientes.
Los gemidos adquieren tono, textura y consistencia de ansiedad, seca la garganta por el acalorado tránsito a la pasión desenfrenada, la página de deseo está en blanco, solo falta meter manos a la obra y escribirla en detalle, con pelos y señales, tatuar en la piel de su primer infidelidad un “eres mía”, que en realidad no le he tatuado, sino que fue escrito con un bolígrafo sobre el vientre, bien cercano al pubis, con la promesa de que ...