1. Josy Prostituta. El primo enseña primera lección. Parte 2


    Fecha: 16/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... la imagen de sus abundantes tetotas libres, colgando perviven en los ojos afiebrados de Memo. Ella puede notar que ese gesto fue el momento donde la calentura que invade al primo le hace perder el tomo autoritario, distraído en comerla con los ojos. Sentir el efecto producido en el hombre le sacó de cuajo de cualquier prejuicio, aprecia con total claridad, el hirviente deseo del hombre por probar sus deliciosos odres llenos de goloso placer.
    
    Rafa miraba la escena apoyado en el marco de la puerta, Josy apoya su mano sobre las de Memo para rescatarlo de ese momento de ensoñación, evitarle escapar de su fantasía… Se quedó delante de él, sumisa y mansita, esperando el próximo movimiento escénico.
    
    Nada era casual, el asunto del trío fue un ardid para llevarme a la casa, Memo era el cliente para iniciarla de prosti, todo bien claro, la calentura provocada aceitaba todo el engranaje de hacerla sentir con su primer cliente.
    
    El hombre le hace sentir quien manda, el que ordena, con notoria autoridad:
    
    —Mueve, gírate para que pueda verte bien... otra vuelta más. Sí que está bien buena, buenas carnes (una palmada y pellizco en las nalgas) y esto que tenemos aquí… ¡muéstrame!
    
    Josy se baja los breteles para que el tetamen desborde la tela, acerca las carnes hasta ponérselas delante de la cara, las eleva con sus palmas como ofrenda, los pezones erectos hasta rozar el pecho desnudo de Memo.
    
    —Bien, bien... estás buena… ¡Muy buena eh! Bien, bien, yo ahora soy tu cliente, soy ...
    ... quien ordena. Voy a hacer de ti una buena puta, te voy a probar y enseñar… tú me obedeces en todo ¿Está claro? Pero… tardaste mucho, debes estar más atenta, debes entender los gestos del hombre, no todos explican tanto, cuando lo ves que está interesado en algo de ti, debes estar presta a dárselo. Lo que sea, lo que sea. –una cachetada, no muy fuerte pero lo suficientemente sonora para llamarla a esta nueva realidad.
    
    —Bien, esa fue tu primera lección, entender, aceptar, dejarme hacer y deshacer, el cliente ordena y la puta obediente se deja hacer, el que paga compra tu deseo, compra tu servicio. Ahora eres una mujer de servicio.
    
    Rafa presenciaba silencioso, desde la puerta, observando cómo está a punto de cogerse a su esposa.
    
    Ordeno: - Desnúdate, sácate todo, despacio, quiero ver cada movimiento tuyo, ¡vamos! Sedúceme, caliéntame.
    
    Comenzó a dejar deslizar el vestido, soltando las tiras sobre los hombros, y dejando que el movimiento de su cuerpo lo deslizara hasta los tobillos, menea las caderas para que caiga y descubra toda esa carne apetecible. – No te quites la tanga, solo corre la tela para mostrar la chepa, abre los labios, frota el dedo sin dejar de mirarme, debes observar y entender lo que me gusta de ti. No te quites los zapatos. Date la vuelta, apoya las manos en la cama y empina el culo hacia mí, muévelo, más, mas, sigue moviéndolo, bien empinado.
    
    —Estás bien nalgona, como nos gusta a los machos. Muévelas.
    
    Se arrima a la mujer, dos sonoras palmadas ...
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