Segundo puesto
Fecha: 24/05/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... robadas del cajón y recien plachadas, preciso de su esencia y otro clavo, añadí que en esa zona se refleja casi todas sus reacciones, pero hablo de sicalíptica del momento, rebusqué la palabra adecuada, como tiene extraña pronunciación, hizo su efecto, el muermo me preguntó si era una enfermedad, y me tuve que morder la lengua para retener otra carcajada.
Asentí con cierto misterio, le dije que a la mujer se la debe tratar con respeto, que ella se de cuenta que no hay falsedad ni tomadura de pelo, y ese el primer peldaño para alcanzarla, y sobre todo no mover ficha hasta que ella lo haga, no existe medida en el tiempo, se trata de entrar en su mente, y nada mejor que por sus ojos, su mirada habla y hay que saber que dice sin que hable.
El tipo estaba perdido del todo, me dijo que todo eso era muy complicado, endurecí el acuerdo, y empujé el libro en su dirección, dije que no me interesaba, tenía asuntos que resolver, pero insistió, de nuevo empujó el libro en mi dirección y por el rabillo del ojo, visión periférica que entreno todos los días, vi la chica pendiente de nosotros, en la tienda no entraba nadie.
Y según lo pensaba lo solté, le dije que las bragas de su empleada podían servir, seguro que la había perseguido como un sátiro. El color escarlata apareció en su rostro, y balbuceando preguntó como lo sabía, con cierto toque frío, calculador, le dije que yo disponía de un don especial, percepción y hablé de las presencias en zonas húmedas, el pensó en la vulva ...
... femenina, y yo le hablaba de las humedas en las paredes, en alguna distingo rostros humanos deformados por la muerte, y cuando se lo aclaré, del rojo paso al pálido, sin darme cuenta había ganado puntos, pero me estaba cansando y me dijo que no se atrevía de pedirla tal cosa ya que escribía para una editorial, era capaz de ponerle en una posición peligrosa, era feminista.
Le hice otra pregunta directa, dije que ella estaba pendiente nosotros y que había modificado su posición, el rojo volvió aparecer en su rostro, me dijo que ella podía leer en el movimiento de nuestos labios, por eso me había apartado de su mirada, entonces decidí el ataque, es la mejor defensa y me dirigí hacia la chica, que deprisa se quitó de la vista ocultandose detrás de una clumna junto a la caja.
Y frente a ella, le dije que no escondiera, yo sabía que sabía todo lo que habíamos hablado, que quería cambio de las bragas que llevaba puestas. Levemente se ruborizó, se humedeció los labios y bajó la mirada, sus escudos estaban bajados, era mejor un empujoncito suave. Le dije que a cambio le porporcionaría ciertos detalles de la causa y por supuesto del efecto, un tema escabroso que pocos podían describir y escribir.
Preguntó que eran mujeres diferentes, sonreí divertido, me había permitido el paso, y entré pisando fuerte. Añadí que sus bragas estarían en mi bolsillo, y cuando la otra entrara por el aro, le explicaría que tenía trabajo pendiente, hablando de las bragas del objetivo, y mostraría las ...