Segundo puesto
Fecha: 24/05/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... suyas, y además procuraría que viera que estaban usadas, y de nuevo ataqué, la dije que procurara mancharlas, y rematé el ataque, le dije que cuanto antes mejor, ya que pensaba ir después a reconor el campo de batalla. Me miró un poco confundida, una leve arruga se había formado en su frente.
Le expliqué que tenía recursos a la vista, su jefe o yo, entonces enrojeció un poco, dijo que no pensaba desnudarse y que la manoseara su jefe, le dije que no hacía falta, que podía ser el revés, utilicé los clavos y le pregunté que cuento tiempo llevaba sin follar. De nuevo leve rubor, y apretó los labios, no necesitaba más datos, me ofrecí como causa, levantó la cabeza un poco mirandome, leve pregunta en el mensaje de esa mirada, le dije que allí mismo, que me dejaría, y que la erótica del momento estaba encerrada en el peligro de que alguien entrara en la tienda y si así fuera, no era motivo para dejar el manoseo, aunque no me importaría nada un ensayo de felación, ya que hacer una felación tiene con réplica que su vagina reacciona, y se prepara para recibirle humedeciendose.
Su jefe se mantenía fuera de la vista, justo en la entrada de la tienda, había adivinado que estaba proponiendo a su empleada. Ella con el rostro levemente congestionado, según me desabrochaba el cinturón, sin mirarme, preguntó que a cambio quería saber de esos poderes, escribía y no encontraba nada interesante, y mi presencia había alterado algo en su interior y que no terminaba de entenderlo, y fue ...
... cuando cogió mi tranquilo penetrador, no se había animado mucho con esta pazguata.
Se arrodilló procurando que cabeza no se viera y la columna fue un excelente lugar, y si sabía, ya que no retiró el prepucio, movió su mano levemente, el inicio de una paja, y mojandose dos dedos de la otra mano, rozó el glande cuando asomaba, y eso hizo que me pusiera en marcha, y lentamente empezó a excitarme, le dije que era el momento de entregarme sus bragas, ella negó con la cabeza y dijo que después, no pegunté de que, estaba claro que la tía pensaba, y fue cuando se lo introdujo en su boca, presionó con fuerza y movió levemente su cabeza, si sabía, y lentamente le sacó de la boca, me miró que me dijo que tenía un articulo sobre la felación, y eso que me había hecho era un ensayo sobre el mordisco final, no lo tenía claro del todo, y fue cuando las tornas cambiaron ahora ella tenía el mando.
Dijo que lo iba a probar conmigo y que era el momento de que yo le quitara las bragas, y que llevaba razón, ese riesgo de la entrada de alguien le había empujado a hacerlo, y que tenía su morbo, y se sentó en la silla de la caja, se subió la falda y pude ver una bragas de color gris marengo. Elevó la pelvis y se las quité despacio, su vulva era fea, pero eso no importaba nada y con las bragas en los tobillos, pasé dos dedos juntos entre los labios, ella tensó el cuerpo, le dije que necesitaba esa humedad en las bragas, por eso no se las había quitado del todo, era una treta, tretaba de dejarla en ...