47.3 Lluvia dorada
Fecha: 25/08/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... recogen las cosas y guían a Gonzalo para llevarle a las cocheras donde André tiene todo tipo de herramientas.
Ha desaparecido el gratificante barullo de los tres chicos, entusiasmados ante sus juguetes nuevos, Vivianne recoge los papeles y mira con detalle las preciosas tarjetas de la abuela y las deposita sobre un estante de la librería.
-¿Es él quien creo que es? -André me mira con cara grave y le asiento con la cabeza, se ha dado cuenta de quién es Gonzalo, en algún momento le ha reconocido al relacionarle con la foto de la memoria de la empresa, me imagino.
No quiere hacer preguntas y hablamos de la semana que faltaré de la fábrica para ir a Londres a encontrarme con mi nuevo trabajo. No le veo preocupado y confía en la capacidad de Elie. Sé que debo decirle algo respecto de Gonzalo aunque él no se atreva a preguntarlo.
-Somos amigos de siempre, y creo que ahora algo más, lo que sea él no me interesa y por eso no quise decirte nada, lo siento André. –me mira sonriente y hace un gesto quitándole importancia.
-¿Hablarás con Jean?, esta tarde tenemos que acompañar a Louis a un partido de fútbol, puedes aprovechar el momento y Gonzalo puede venir con nosotros.
-Lo haré ya que te empeñas, pero creo que yo tengo poco que decir y aconsejar André, hablaré con el chico y no sé ni por dónde empezar. A Gonzalo le encantará acompañaros, él ha jugado al fútbol y le gusta, lo pasará bien.
Nos distrae el ruido de un pequeño motor que se escucha lejano y algunos ...
... gritos exaltados. Nos levantamos y vamos a la cocina donde Vivianne mira a través de una ventana.
Se han alejado de la casa, fuera de la influencia de los árboles cercanos, y Gonzalo porta un mando de radio control con el que maneja el pequeño avión que han montado, ruje en el cielo volando las acrobacias que le ordena con el mando y los chicos a veces saltan queriendo que les entregue el control.
Permanecemos un rato observando su juego y las carreras que hace el pequeño Jean creyendo que va a alcanzar a la máquina en su vuelo.
-Dejad de mirar a los niños, parecéis iguales a ellos y ayudadme a preparar la mesa. –me causa gracia lo que Vivianne termina de decir, con sus hijos hay un hombre jugando como ellos y me enternece su familiaridad para pedirnos sin complejos que le ayudemos en su trabajo, como si estuviera en mi casa y tan diferente a la residencia de los abuelos.
Los chicos entran en casa para comer y protestando por tener que abandonar el juego ante la imperiosa llamada de su madre para que vengan sin dejarles otra opción.
-No hay excusas Louis, querías que fuéramos a verte jugar y el volar esos aparatos podéis hacerlo después, o mañana, a Gonzalo le tendréis hasta el mediodía, ¿no es así? -ya nos ha puesto el límite a nuestra estancia y nos echamos todos a reír.
La comida que prepara está deliciosa, de restaurante pero mejor, y a veces los chicos se levantan para ayudarla en llevar y traer cosas a la cocina cercana.
La maravillosa familia que me ...