La chica de baduuuu
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: jose autor, Fuente: CuentoRelatos
... aquella zona, pero al final encontramos un rincón apartado y tapado parcialmente por unos arbustos. Le hice pasar a ella delante y aprovechando mi posición la agarre por el cinturón y le metí la mano entre las nalgas, buscando al tacto el ojete de su culo bajo el tacto suave de ese pantalón diminuto de licra. Cuando sentí aquel agujerito en la yema de mi dedo comencé a masajearlo ante la mirada de desconcierto de Irati, que, a pesar de ir maquillada para resaltar su tez pálida, comenzaba a mostrar ya unas mejillas enrojecidas. Como si se tratara de una estatua de hielo, se quedó en aquella posición en un claro gesto de que le estaba gustando lo que yo le estaba haciendo, pero para joder, cuando más parecía estar disfrutando, le solté un segundo cachetazo en el culo y la empujé con cuidado hacia el interior de aquel recinto de apenas dos metros cuadrados.
-Eso por ser tan borde conmigo- le dije sin reparos.
Según avanzamos dos pasos, vimos para nuestro regocijo que al fondo de aquel rincón había unas pequeñas escaleras que descendían hasta una portezuela metálica que se encontraba cerrada. Desde aquella posición quedábamos a escondidas de cualquier mirada indiscreta a no ser que alguien se asomara expresamente a curiosear. Sin dudarlo un instante la arrinconé, por decirlo de alguna forma, ya que ella misma fue hacia allí y abrió los brazos para recibirme. Inmediatamente comencé a manosearle las tetas por encima de la camiseta mientras nos besábamos juntando nuestras ...
... lenguas y pasándonos la saliva de una boca a otra. Aquella chica era la hembra más caliente y sensual que había tenido entre mis brazos y no estoy exagerando. Sin pensarlo dos veces desabroche mi cinturón y dejé caer mis pantalones hasta la altura de mis rodillas sin que me hiciese falta realizar la misma maniobra con mi bóxer ya que ella se apresuró a realizarla por mí. Con sus pequeñas manitas, agarró la polla y comenzó a deslizarla desde la base hasta el capullo sin quitarle el ojo de encima. Cuando la hubo examinado bien siguió el masaje con una de sus manos mientras con la otra comenzaba a acariciarme los huevos con extrema delicadeza y ternura. De repente y para mi sorpresa, soltó la polla y escupió en la palma de su mano para luego extender aquella deliciosa saliva en la punta de mi polla que, para aquellas, estaba ya igual de roja que sus mejillas. Durante un buen rato estuvo realizando aquella maniobra mientras yo reposaba con los ojos cerrados apoyado contra la puerta en aquel rincón en el que se amontonaban las hojas caídas de los árboles. Cada poco tiempo, Irati volvía a soltar un salivazo en su mano y seguía haciéndome la mejor paja de mi vida. Sin temor a que nadie nos viera, la acerqué a mí y le levanté la camiseta por encima de su sujetador, quitándoselo a continuación y amasándole las tetas con las dos manos mientras ella seguía manoseando mi polla y mis huevos sin dejarlos libres por un solo segundo.
-¿Te está gustando?-me preguntó.
-Me encanta. Lo haces ...