La historia de Ángel, solo era un muchacho (04)
Fecha: 27/06/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... utensilios de gimnasio, del techo colgaban un saco de boxeador y un punching, también había otro en el suelo, colgando de una pared había varios guantes de boxeo, cuerdas para saltar y gorros protectores, y otros equipamientos, también en el suelo había pintado en rayas amarillas un cuadrilátero.
Recordé como me había llamado la atención la cara de Damián con la nariz aplastada y su pinta de boxeador de pesos pesados, aquello lo explicaba todo.
Me retiré para volver a la casa y cuando salía de las cocheras vi que Damian daba la vuela a la casa principal, viniendo de la puerta de las cocinas. Le esperé en la puerta.
-Verá venía por lo que le dijo Pablo de que me enseñara… -no me dejó continuar, me sonrió, tenía una sonrisa bonita y mostraba unos perfectos y alineados dientes, a todas luces no serían suyos.
-Ya me ha dicho Alicia que lo ha estado hablando con el señor en la comida, me preparo en un momento y empezamos, sígame. -fui detrás de él y se detuvo en la puerta que era la habitación, entro y yo le seguía como si fuera un perrito a su amo, abrió otra puerta donde se encendió la luz automáticamente, era un baño grande dentro de la habitación, aquel espacio debía hacerle de casa, y al verle venir de las cocinas era fácil suponer que comía con el resto del personal de la casa principal.
Le escuchaba trastear en el baño y el raspar del cepillo de dientes que lo pasaba con fuerza, luego gorgoritos enjuagando, el chorro de una potente meada cayendo en el ...
... inodoro, el ruido de la bomba de agua y el grifo para lavarse las manos.
Mientras todo eso sucedía en el baño, analicé con más detalle la habitación. Constaba de muy poco mobiliario, una cama grande y vieja, muy alta con cabecera de hierro forjado y unas bolas doradas, a juego con la zona de los pies, un armario de cuatro puertas, dos de ellas con espejos, una especie de cómoda con cajones y un gran espejo orientable sobre ella, dos sillas de madera con brazos tapizadas en tela azul lo mismo que las cortinas de la ventana, un gran globo blanco en el techo era la lámpara a juego con la más pequeñas de las mesillas a los laterales de la cama, dos pequeñas alfombras sobre el suelo de madera oscura.
-Podemos comenzar cuando quieras. -no me pasó desapercibido el hecho de que a mi me trataba a veces de tu, más familiarmente. Llevaba la misma camisa gris de antes y un pantalón azul bombacho de trabajo.
-Vamos a coger el viejo Buik que resultará más cómodo. -el automóvil que había escogido me pareció impresionante y eran muy bonito, descapotable de color crema con los cromados como espejos y debía ser muy antiguo, las cubiertas tenían bandas blancas en las gomas.
Se metió en el puesto del conductor y abrió desde allí la puerta contraria, me había quedado atónito mirando aquella preciosidad de máquina.
-Empezaremos por conocer los mandos básicos. -creí que me suponía tonto y que nunca había visto un automóvil, pero aquel a pesar de su antigüedad, era distinto y sobre todo muy ...